Utopía
La coalición partidista, empresarial y de la “sociedad civil”, de los organismos que influyen o administran los dos primeros, atraviesa su primera crisis existencial desde que suscribieron en 2021 la plataforma electoral de Va por México, y la “moratoria constitucional legislativa” acordada en junio del presente año.
Como experimentados practicantes del doble discurso en el que fueron forjados e incluso educados, los dirigentes de los partidos Acción Nacional, De la Revolución Democrática y Revolucionario Institucional –Marko Cortes, Jesús Zambrano y Manuel Moreno–, utilizan un fraseo esquizofrénico para explicar a la opinión pública y publicada, el otrora influyente círculo rojo, las causas y los alcances de un desencuentro que es temprano para aquilatarlo, pero en el que está claro que la manzana de la discordia es la estrategia de seguridad pública del gobierno de la Cuarta Transformación.
Y más específicamente los vínculos operativos y administrativos de la Guardia Nacional, de índole dependiente con la Secretaría de la Defensa Nacional, la que por cierto no es sinónimo de Ejército, como quiere hacerlo aparecer Carmen Aristegui, entre muchas voces que laboran para el oligopolio mediático. Mas no es el tema de hoy, ni siquiera el debate que se realiza en el Senado ni tampoco la iniciativa de ley de la diputada priista para que las fuerzas armadas permanezcan como una pieza angular de la seguridad pública hasta 2028.
Mientras el PAN y el PRD –el Señor de los Moches cuando fungió como diputado federal y el Tragabalas como guerrillero–, anunciaron la “suspensión temporal” de la alianza, Moreno Castañeda, mejor conocido como Alito y por su enriquecimiento como exgobernador de Campeche, les respondió con lo obvio, que sin aquel pacto la oposición no podrá ganarle a Morena en 2023 (gubernaturas de Coahuila y estado de México, la joya de la corona), ni en 2024 durante las elecciones generales.
De por sí estaba en chino la prospectiva del 23 para el llamado Prianrd y no se diga la del 24, si nos atenemos a las encuestas disponibles, pues divididos está imposible el triunfo de lo que el presidente Andrés Manuel denomina el conservadurismo.
Por eso resulta muy claridosa la advertencia de Amlito –como ahora lo denominarán con más frecuencia en los espacios de la mediocracia oligopólica–, al Moreno del Partido Revolucionario, al sentenciar que “Sin coalición, Morena ganará todo”. Explicó, además, que la iniciativa de ley que prolongará la permanencia de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública, la mantendrá el PRI porque “la ciudadanía así lo quiso”. Alito redescubrió el hilo negro.
La “suspensión temporal” de la coalición legislativa y electoral perdurará hasta “en tanto el PRI no defina con claridad si habrá de honrar” la plataforma electoral de Va por México y la “moratoria constitucional”. En tanto que Moreno Castañeda insiste en que “La decisión que tomamos es por México, no por interés personal o de partido político. Tenemos que estar con la gente. El fracaso del gobierno nos lleva a tomar esta decisión”.
Hilarante la argumentación del típico demagogo al que no pocos analistas atribuyen una negociación para no ser desaforado y sólo después sometido a proceso judicial. El órgano legislativo encargado de elaborar el dictamen para presentarlo al pleno de la Cámara de Diputados está integrado por cuatro legisladores y dos corresponden a la coalición política gobernante. Empate, pues, bajo la directriz opositora de que “Si tocan a uno, nos tocan a todos”.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.
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