Utopía
Con una disculpa previa a la titular de la Fiscalía General de Justicia capitalina, Ernestina Godoy, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, reveló en Palacio Nacional que una de las dos cajas negras de los dos trenes de la Línea 7 del Metro que chocaron, la encontró la Policía de Investigación en una camioneta.
Por si lo anterior no fuera un hecho grave, abundó en la mañanera frente al presidente Andrés Manuel que en los últimos meses ocurrieron “episodios que nosotros catalogamos como fuera de lo normal”, después del accidente en la Línea 3, el 7 de enero, en el que falleció una joven y hubo un centenar de lesionados; el mismo día por la tarde ocurrió un problema en la Línea 3 de una zapata del tren, al día siguiente se tuvo otro en la Línea 8, el día 11 uno más en la Línea 5 con una llanta lateral que fue revisada el día previo.
Ante tantos episodios fuera de lo normal, Sheinbaum los valoró con López Obrador y éste accedió a la solicitud de que la Guardia Nacional esté a cargo de la seguridad del Sistema de Transporte Colectivo Metro, a partir del jueves 12, con 6 mil 060 elementos.
Como es natural, los colegas que cubren la fuente presidencial –no la del agua con la que se informan los Loret, Alemán y otros–, preguntaron si lo consideraba sabotaje, a lo que Sheinbaum declinó la denominación, pero insistió que los accidentes son anormales.
En contrario a lo que muchos de sus críticos sostienen sobre la falta de inversión pública en el STCM –que transporta a casi 5 millones de usuarios diariamente–, enumeró los cambios que se realizan, como la rehabilitación estructural de la Línea 1, la más antigua; una inversión millonaria para suministrar energía eléctrica en las líneas 1, 2 y 3; y el cambio de un centro de control, entre otros trabajos de mantenimiento. Algunos exdirectores sostienen que el Metro capitalino “ejerce el presupuesto más grande de su historia”.
Por su parte, López Obrador en su primer diálogo circular después de la exitosa X Cumbre de Líderes de Norteamérica, misma que puso demasiado nerviosos e incluso agresivos a varios de sus más acérrimos y hasta obtusos críticos, ofreció a la gobernante de la Ciudad de México no sólo “todo nuestro apoyo” sino los recursos federales necesarios para garantizar el servicio y la seguridad del servicio de la “limusina naranja”, como la llamaban en los años 80 algunos periodistas adscritos a Carlos Salinas por convicción y también por comisión.
Y previsor como acostumbra ser políticamente, primero aclaró que hay quienes están utilizando los accidentes en el Metro, lo que está sucediendo, para atacarla. Entonces es importante que se conozca cuál es nuestra postura al respecto. Y enseguida atajó lo que es previsible arguyan las oposiciones partidistas, mediáticas y empresariales respecto a la “militarización” del Metro. Campañas interesadas, facciosas, que no es pertinente confundir con las críticas que en forma legítima emite el amplio abanico “oenegenero” y la sociedad civil que no se disfraza de tal para ocultar su filiación en el PRIANRD.
Salvo su mejor opinión, resulta oportuna por lo anterior la conclusión de Obrador: “Lo que más nos importa y nos interesa es garantizar la seguridad de todos y lo que queremos es que no haya psicosis y que –encima de todos los problemas cotidianos que se tienen que enfrentar– y que no tengan la preocupación de algún accidente en el Metro que pueda ser provocado. Y si a eso le llaman militarización, o como le llamen, asumimos la responsabilidad”.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.
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