Utopía
Llegó la hora de la verdad en la elección, vía encuestas –una nacional y cuatro “espejos”– del coordinador de los comités de defensa de la Cuarta Transformación, a partir del primer minuto del lunes 28, los seis aspirantes y sus equipos, líderes, militantes y seguidores de Morena, así como los servidores públicos están obligados de acuerdo con lo acordado en el Consejo Nacional a abstenerse de cualquier acción o declaración sobre el proceso. Según las reglas para la veda, entran en periodo de reflexión, que comprende el levantamiento de las muestras demoscópicas del 28 de agosto al 3 de septiembre; procesamiento de información, del 4 al 6 de septiembre, y el resultado para el 6 del mismo mes.
En la víspera, el presidente Andrés Manuel, quien el próximo viernes rendirá su V Informe de Gobierno desde la capital de Campeche, por primera ocasión fuera de la Ciudad de México, pidió al sexteto que integran lo que denomina “hermana y hermanos”, que “No se desesperen mucho, para que no vayan a quedar ahí muy tristes (…) Ahora es el pueblo el que manda. Y si se equivoca, seguirá mandando”. Porque en esta sucesión, explicó, “se acabó el dedazo, nada de que el tapado. Nada de que ‘a ver la señal’, nada de que el acarreo, nada de que la cargada: todo eso pertenece a la época antidemocrática”.
Entre las recomendaciones que López Obrador envió a los aspirantes desde Cuajinicuilapa, Guerrero, hasta las sedes de los cierres de campaña, les recordó que para él, “la tercera fue la vencida”, de lo que podría especularse que a Marcelo Ebrard le falta una contienda, pero mejor es no darla vuelo a ocurrencias como acostumbran los dirigentes del Frente Amplio opositor, como Xóchitl Gálvez –la senadora que no ejerce como tal pero cobra espléndido sueldo en Insurgentes y Reforma–, Marko Cortés y el “discriminado al revés” (por ser güero y de ojos azules) de Santiago Creel que propuso “destruir los libros de texto gratuitos”. Cualquier semejanza con el 10 de mayo de 1933 en la Plaza de la Ópera de Berlín, no es casualidad.
En el catálogo de recomendaciones a sus “hermanos y hermana” que buscan sucederlo, AMLO pidió que “no los envuelva la tristeza para asumir que no, pues no quiso el pueblo ahora”.
Presunta o real tristeza en el horizonte del partido más Influyente, joven e importante de México que el exsenador Ricardo Monreal, quien sí tuvo los tamaños para renunciar al Senado y a la condición de líder de la mayoría morenista y presidente de la Junta de Coordinación Política, interpreta con insistencia en las últimas semanas en términos de los riesgos para su partido. Lo dijo en la Plaza de las Tres Culturas en forma claridosa, le preocupa “una ruptura en este movimiento”, por lo que llamó a la unidad, “a que no empujen a nadie a salirse. Deseo que la unidad prevalezca por encima de todo. Me preocupa la división, la deserción o la ruptura. No nos podemos dar ese lujo en momentos claves de la república”.
Si bien no supera el lenguaje críptico, propio de tiempos idos, del priato tardío –como le llamaba León García Soler–, por ejemplo eso de que “no empujen” (¿quién, cuándo, dónde?), lo cierto es que el doctor zacatecano no se distinguió por impulsar la unidad de su grupo senatorial, con Morena y el mismo presidente AMLO. Precisamente por ello sus insistentes palabras unitarias tienen un valor mayor y debieran ser aquilatadas por los principales actores de Morena, incluido el quinteto de suspirantes por la silla presidencial, la coalición gobernante y Obrador.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.
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