Utopía
Menos de un año antes de concluir su mandato, el presidente Andrés Manuel decidió finalmente poner los puntos sobre las íes en el archimillonario desencuentro que tiene el sistemático evasor fiscal Ricardo Benjamín Salinas Pliego con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en particular con el Sistema de Administración Tributaria.
Son 25 mil millones de pesos que el autodenominado “don Ricardo” debe al SAT por medio de Grupo Elektra desde los tiempos en que su amigo Vicente Fox Quesada (2000-06) mal conducía México con el decidido apoyo de Jorge Germán Castañeda y Porfirio Muñoz Ledo, entre otros, con el marbete de “Gobierno del cambio”, lo que significó reproducir los programas y políticas que privilegiaban a la oligarquía que actuaba como dueña de México.
Más tarde, por cierto, el famoso Alto Vacío (VFQ) condujo un programa televisivo de entrevistas en el entones Canal 13 del Tío Richie, quien recientemente festejó su cumpleaños número 68 ante 20 mil de sus trabajadores, empleados y televidentes para satisfacer su inconmensurable autoestima que se funde en el narcisismo, entendido como “Cualidades de la personalidad que incluyen tener una imagen muy elevada de uno mismo, necesitar admiración, creer que los demás son inferiores y no tener empatía por los demás”.
Mas el anterior es un asunto privado, de su azotea biológica, pero importa y mucho –como bien apunta Rafael Barajas, Fisgón, en la red X–, cuando “persigue con saña a los deudores de Elektra, pero se niega a pagar sus impuestos. Adeuda 25 mil millones. Es un junior maleducado y evasor. Padece de narcisismo monetario. Es Ricky Ricón-Evasión. #YaPagaRicardoSalinas y #ApagaTvAzteca”.
Fue en la mañanera del viernes 3 cuando por fin López Obrador explicó las causas, por demás evidentes, del histérico griterío televisivo de Azteca y el “amigo” Javier Alatorre, mismo que armaron antes alrededor del “virus del comunismo” que contenían los libros de texto gratuito. Ni los damnificados de Acapulco ni los estudiantes de educación básica son del interés prioritario del plutócrata por herencia familiar y la venta de garaje que hizo Carlos Salinas de Imevisión, así como el “préstamo a la palabra” por 29.8 millones de dólares que le otorgó Raúl, el hermano incómodo, a Salinas Pliego.
“Está enojado” el señor que esquilmaba a los indocumentados que enviaban dólares a sus familiares en México, el de “los abonos chiquitos” en Elektra, porque AMLO no le condonó el pago de 25 mil millones de pesos que adeuda en impuestos y que por ello utiliza a su televisora para difundir una “campaña hablando de la incapacidad del gobierno” para atender a la población damnificada por el huracán Otis en Acapulco, Guerrero, y la zona metropolitana.
López Obrador no pide gran cosa al Poder Judicial, sólo que los tribunales resuelvan pronto el diferendo entre las autoridades fiscales y Salinas Pliego y consideró que “esto ha generado malestar en Ricardo. Lo entiendo. No voy a ponerme a pelear con él, que es cosa de comprender cuál es mi situación: no me puedo quedar callado, ser omiso, mucho menos cómplice”. Y retó al lenguaraz potentado que si “sabe algo de que he robado, que lo dé a conocer y lo pruebe”.
Así de sencillo, pues el deporte que más ejercitan las oposiciones mediáticas, empresariales y partidistas, en ese orden de importancia, es acusar, por lo general sin pruebas, a hombres y mujeres de la 4T de corrupción, insultar al presidente incluso con mentadas de madre. Pero resulta que en México no hay libertad de expresión, como acusa desde Madrid el dipsómano que consideraba “daños colaterales” a los asesinatos de civiles durante su “guerra contra el narcotráfico” –dirigida por un socio de Joaquín Guzmán Loera, Genaro García Luna–, y compraba el silencio de la mediocracia.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.
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