Utopía
Enhorabuena Marko Cortés, el bisoño presidente de Acción Nacional, dio a conocer el pacto que su partido suscribió en Coahuila en 2023 con su homólogo y camarada Alejandro Moreno, del Revolucionario Institucional, para repartirse como botín diversos espacios públicos, algunos “autónomos” como el Poder Judicial, la Universidad Autónoma de Coahuila, el Instituto de la Transparencia y las notarías.
Tan perdido está Cortés que su antecesor Damián Zepeda exigió aceptar que cometió un error al suscribir ese documento y se disculpe y corrija. El senador explicó que lo pactado entre Cortés Mendoza y Moreno Cárdenas “es indebido y sobrepasa los límites legales y morales”. Citó como ejemplo la negociación de seis notarías, pese a que la ley fija las directrices para su asignación, y la ratificación como magistrado del exdirigente estatal del PAN.
A pesar del esfuerzo de la dictadura mediática por acotar el tema que desnuda la naturaleza de las dirigencias de los partidos de Fuerza y Corazón por México, el afamado PRIAN desde el sexenio de Carlos Salinas (1988-94), el presidente Andrés Manuel lo colocó en la agenda a partir del jueves 11, cuando lo calificó de “acuerdo mafioso y descarado para repartirse un botín”.
A juicio del tabasqueño de Tepetitán (Macuspana) el arreglo deja claro que la designación de la precandidatura presidencial de la alianza opositora fue una farsa, ya que parte del arreglo encabezado por Claudio X. González Guajardo, contemplaba que en las elecciones de junio del año pasado, el PRI y el PAN, junto con el PRD, postularan al priista Manolo Jiménez, quien resultó electo gobernador de Coahuila.
Parte del arreglo era conocido. Al PRI le correspondería postular en 2023 las candidaturas aliadas a los gobiernos del estado de México y Coahuila; al PAN, conducir los procesos electorales para la Presidencia de la República y la jefatura del Gobierno de la Ciudad de México en 2024, aunque el demagogo y muy corrupto exgobernador de Campeche aseguraba que no era así, lo que finalmente se cumplió al pie de la letra con los destapes de Bertha Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada, el presunto integrante del Cártel Inmobiliario, y en el primer caso cuidando un poco más las formas pero en el segundo fue una imposición a la luz del día de las 10 familias que administran al PAN.
El premio que López Obrador propuso entregar a Marko Cortés por los servicios involuntarios prestados a la ciudadanía al exhibir los enjuagues del PRIAN, le movió el piso a Gálvez Ruiz, rauda y veloz se colocó la botarga de la “sociedad civil” para sentenciar: “Soy una candidata ciudadana que tiene visión muy clara de cómo ejercer la política”. Igual que antes fue trotskista, vendió gelatinas y oculta el premio juvenil que recibió en el Foro de Davos, pero si algo le falta es claridad y mucha. La pregunta de Leo Zuckermann es harto pertinente: ¿Debo votar por ella porque vendió gelatinas?
Como es natural y comprensible, la señora X presentó una demanda ante el Instituto Nacional Electoral con el preciado material probatorio que facilitó Marcelo Ebrard en contra de Claudia Sheinbaum durante la (ante) precampaña electoral y recientemente Sanjuana Martínez con el presunto moche de 20% de las liquidaciones de Notimex para la precampaña de la doctora. Los categóricos desmentidos de los presuntamente involucrados no bastan para desacreditar las supuestas pruebas y menos a grupos ciudadanos, entre los que figuran colaboradores de La Jornada, vinculados al senador Napoleón Gómez Urrutia y sus proyectos, ambiciones y litigios sindicales.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.
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