Por Ernestina Gaitán Cruz

Oaxaca de Juárez, Oax.- Visto desde la filosofía, el habitante de esta ciudad es previsor, calculador, sujeto a una doble determinación potenciadora y conflictiva: por un lado, le encanta vender ¡lo que sea! Y por el otro, tiene un talento identitario innato para las expresiones estéticas. El mayor problema para éstas, reside sin duda en su aversión a toda forma de crítica.

Así lo señala el filósofo Leonardo Da Jandra a la pregunta de cómo describir a la sociedad de la capital de Oaxaca, en la cual parece haber mucho movimiento; una fiesta permanente en actividades públicas, festejos comunitarios, reuniones por Día de Muertos, Samaritana, Ceremonias patronales, Noche de Rábanos, Fin de año, entre otras.

Leonardo Da Jandra (Chiapas, 1951), quien ha vivido la mitad de su vida en Oaxaca, entre la capital del estado y la Costa de la cual ha dejado constancia en la trilogía costeña con Huatulqueños, Samahua y Arousiada, considera asimismo que el habitante de la costa, “es violento, extrovertido y, por la inconstancia propia del trópico, obligado a vivir al día”.

En cuanto al movimiento constante en la Ciudad de Oaxaca, con la llegada de muchos visitantes que se quedan en esta ciudad y de manera reciente, hay más migrantes, se le pregunta ¿Qué opina de quienes se asientan en Oaxaca y cómo van a modificar el entorno? 

“Oaxaca es el corazón identitario de México, y México está a punto de consolidarse como el dinamismo identitario determinante de lo que en mi nuevo libro “El Estado planetario EUMEXICA” (Estados Unidos, México y Canadá), considero que ya representa el centro más potenciador de todo el planeta”, responde.

Las migraciones, agregó, “siempre han constituido una fuente de riqueza, tanto económica como cultural; pero, como todos los procesos de crecimiento y desarrollo, deben ser ordenadas y planificadas, pues de no ser así podrían representar un dinamismo cuantificador de vicios e ilegalidades”.

Asimismo, dijo, con el proyecto del corredor transístmico, Oaxaca va a experimentar cambios drásticos que van a afectar muy seriamente a todo el estado, pero fundamentalmente a la capital y a sus enclaves turísticos. Si no se toman con urgencia las medidas pertinentes, la identidad oaxaqueña, con toda su diversidad cultural, se verá gravemente amenazada.

El autor de “Filosofía para desencantados”, “La gramática del tiempo” y “La mexicanidad: fiesta y rito”, cerró su ciclo narrativo con el libro “El eterno aprendizaje” y dijo que mientras llega el cambio de este tiempo “de franca decadencia caracterizada por una imposición de lo visual, lo oral y lo genital sobre lo mental y lo espiritual” se dedicará a lo más necesario ahora: generar ideas, es decir, a la filosofía.

La clausura del ciclo de su narrativa también se dio, agregó en entrevista, luego de entender la escasez de lectores “y los pocos que hay se inclinan por lecturas efímeras e intrascendentes”, lo cual sin embargo espera cambie drásticamente en un par de generaciones.

En el balance de sus aprendizajes en la narrativa, consideró como el principal, “la manera exitosa de enfrentar mis demonios internos: egocentrismo, soberbia y violencia; pero, sobre todo, (aprender a) convertir el odio en amor”.

¿Para qué nos sirve o cómo podemos utilizar el saber sobre filosofía?
Durante siglos se ha pervertido la esencia de la filosofía. El pensamiento filosófico poco o nada tiene que ver con la repetición dogmática que ha caracterizado a la academia.

“La filosofía es indisociable de la búsqueda de sentido para la vida. La ciencia tiene que ver con hechos; la espiritualidad con valores y la filosofía con significados. Sin filosofía, no podríamos darle sentido y significación a los actos que determinan nuestra vida”.

Ernestina Gaitán Cruz

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UNAM. Reportera, articulista y free lance en La Jornada, Notimex, El Nacional, El Día Latinoamericano, Revistas FEM y Mira; Noticias de Oaxaca y Tiempo de Oaxaca. También llegó a colaborar en los Gobiernos de Guerrero y de Oaxaca.