Diario Ejecutivo
El libro ¡Gracias! Del presidente Andrés Manuel López Obrador, que comenzará a distribuirse masivamente esta semana, es sin duda uno de los documentos más importantes para entender los entresijos de la política mexicana y el papel que han desempeñado los poderes fácticos que el autor llama “oligarquía” y que no son otra cosa que grupos de empresarios con poder por encima de los Tres Poderes constitucionales.
Con poemas, anécdotas, reflexiones y opiniones el presidente desentraña las urdimbres del verdadero poder que gobernó a nuestro país por más de ochenta años. A través de sus vivencias, de sus pláticas y de versiones que le contaron sus “gargantas profundas” denuncia lo que podrían ser secretos a voces.
Se trata de un libro que, aún antes de distribuirse por Editorial Planeta, ya se había convertido en el título más vendido en tiendas en línea como Amazon. Tiene un precio de 399 pesos y consta de 550 páginas y se convertirá en un documento para la historia.
Confieso que no lo he leído (aunque ya lo pedí), por lo que todo lo aquí escrito se basa en las versiones que han difundido Los Periodistas (Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela), La Jornada, Reforma, El Universal, SDP y alguna otra fuente que de momento se me escapa.
El documento contiene escenas que despiertan indignación por los niveles de corrupción ddenunciados públicamente; otras que llaman a la reflexión y algunos detalles que resultan de comedia (o de tragicomedia, porque López Obrador retoma algunas partes de la Tragicomedia Mexicana de José Agustín, recientemente fallecido).
A continuación algunos fragmentos que creo pueden ser interesantes para el lector y despertar el interés por su lectura:
Ayotzinapa.- Lo que más se ha publicado del libro es que reconoce que hubo militares involucrados en la desaparición de los 43 estudiantes desaparecidos. Textualmente señala: “Aunque hay responsabilidad en las altas autoridades civiles y militares del gobierno federal por permitir el contubernio entre autoridades locales y la delincuencia organizada, también pudo existir omisión o confabulación de algunos militares y hubo sin duda fabricación de delitos y ocultación de los hechos posteriores”.
Xóchitl.- Dice textualmente, sobre Xóchitl Gálvez, candidata de la oposición a la presidencia de la República: “Como nació en un pueblo de Hidalgo, pensaron que su origen sería útil para ofrecer una supuesta imagen popular, cuando en realidad es ladina e igual de clasista y racista que los conservadores de mayor rango o nivel en la escala económica social y política del país”.
LEA y JLP.- Es la primera vez que un mandatario entiende la felonía que fue cometida en contra de Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo. El primero le dio (a la oligarquía) los mecanismos para que los empresarios evadieran impuestos. El segundo rescato al grupo Alfa con dinero público. Sin embargo, “los dueños del dinero”, a pesar de que esos gobiernos “los apapacharon”, hicieron campañas para llamarlos “populistas, demagogos y corruptos”. Ahora entiendo -escribe, con otras palabras, el presidente- porque Enrique Peña Nieto me hablaba del “carácter traicionero de la oligarquía económica”. Parte de esta historia se narra también en el libro “Mis Tiempos” que escribió José López Portillo, en el cual explica los motivos (el saqueo de dólares, entre otros) que lo llevaron a nacionalizar la banca en 1982.
EPN.- Se refiere a Peña Nieto en varias ocasiones y de alguna manera reconoce su decencia por no haberse involucrado en las elecciones de 2018. Pero en un pasaje señala que esa oligarquía económica estaba feliz con EPN por las reformas estructurales, pero no les gustó su reforma fiscal y “les salió la arrogancia (a los medios y la oligarquía) y comenzaron a golpearlo hasta convertirlo en el payaso se las cachetadas”.
Vicente Fox.- En el capítulo cuatro, dedicado al desafuero, narra que sus relaciones con Vicente Fox, cuando el ahora presidente era jefe de Gobierno del Distrito Federal, no fueron precisamente cordiales, porque desde Los Pinos se trató de hacer hasta lo imposible para que López Obrador no fuera candidato a presidencia de la República en 2006. Pero en unas cuantas líneas narra cómo Fox pensó en la relección y le dijo a Lino Korrodi (uno de sus amigos más cercanos) “seis añitos más no nos vendrían nada mal”.
María Amparo Casar.- Precisamente cuando él era jefe de Gobierno de la capital describe que en un momento dado le comentó Bernardo Bátiz, quien era el procurador general de justicia del Distrito Federal, que habían ido a verlo Héctor Aguilar Camín y María Amparo Casar para pedirle un favor. Resulta que el esposo de Casar, Carlos Fernando M. Padilla, se había suicidado en unas oficinas de Pemex y así constaba en el acta. Ellos pidieron que se cambiara el acta y apareciera como “accidente” para que la viuda adquiriera beneficios que no le correspondían. “Desde luego que no aceptamos, pero el influyentismo se impuso” y el banco y Pemex le pagaron a Casar 17 millones de pesos y una pensión vitalicia de 17 mil 600 pesos mensuales. Ese es uno de los episodios que más me provocó indignación, máxime cuando Amparo Casar es ahora la sucesora de Claudio X. González en Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.
Federico Dôring.– Algo similar ocurrió con el ahora diputado local capitalino Federico Dôring. Resulta que el representante panista también acudió a Bernardo Bátiz para tratar de extorsionarlo. Le pidió que la procuraduría fuera benévola con un allegado al legislador y a cambio “le bajarían” al golpeteo en contra de López Obrador. “Lo mandamos al carajo”, dice en el libro.
El jefe Diego.- Se refiere al abogado Diego Fernández de Cevallos y dice cómo, cuando el ahora presidente era jefe de gobierno, el litigante logró que la Secretaría de Hacienda condonara mil 400 millones de pesos a Jugos del Valle. “Ese dinero significó una reducción en las transferencias para los estados y el gobierno de la Ciudad de México”, escribe.
Eduardo Tricio.- En varias ocasiones narra todo lo que intentaron hacer algunos empresarios para evitar que él llegara a la silla presidencial. Pero en uno específicamente indica que más de la mitad de os hombres de negocios que promovieron campañas en su contra ya han cambiado de actitud. Incluso en la página 361 explica que recientemente, Eduardo Tricio (accionista mayoritario de Aeroméxico y de Grupo Lala, entre otras empresas), se acercó a él para ofrecerle disculpas.
Carlos Slim.- También de Carlos Slim escribe en varios pasajes. La mayoría en forma elogiosa. Pero quizá el asunto más importante es uno del que ya había hablado en varias mañaneras: le pidieron (al empresario) que fuera candidato a la presidencia de la República. Refiere en el libro que el grupo de oligarcas, en 2018, al ver que Ricardo Anaya y José Antonio Meade no levantaban en las encuestas, en una reunión privada le pidieron a Slim que aceptara ser candidato a la Presidencia y ellos se encargaban que de que Anaya y Meade le dejaran el campo libre. El caso le fue confirmado a AMLO por el propio Slim, quien seguramente este lunes hablará del caso en su conferencia de prensa anual.
Eugenio Derbez.– Como Slim no accedió y Ricardo Anaya y José Antonio Meade se negaban a renunciar a favor del otro, los oligarcas fueron a ver al presidente Enrique Peña Nieto para pedirle que intercediera para que Eugenio Derbez fuera el candidato y así frenar la llegada de López Obrador a la Presidencia. Según las gargantas profundas del actual mandatario, Peña Nieto les habría dicho: “sean serios señores”.
Roberto Hernández.- Precisamente en una de las reuniones que sostuvieron estos empresarios del Poder Económico y político para evitar que AMLO llegara la presidencia, se acordó que cada uno de los presentes daría un millón de dólares para hacer campañas en su contra. Roberto Hernández, quien fue co-propietario de Banamex, en toda su arrogancia grito: ¡Yo doy cinco millones!
Así como estos episodios (que son solo unos cuantos papelitos redondos en una bolsa de confeti) hay muchos otros que merecen leerse y analizarse. Como dice Claudia Sheinbaum, la candidata a sustituir a López Obrador, cada página merece leerse con detenimiento.
Creo, en lo general que es un documento inédito sobre el papel que ha jugado la iniciativa privada en la política desde hace casi 100 años y de la forma en que los partidos y los personajes se someten a ella.
Dice el filósofo: En pocos libros cada página es una página de la historia.
Roberto Fuentes Vivar
Columnista y periodista fundador del UnoMásUno y la Jornada. Estudió Periodismo en la reconocida escuela Carlos Septién García y cursó la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Actualmente es periodista independiente, conocido como “El Filósofo del Metro”.
Colaborador desde el 6 de marzo de 2022.
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