Utopía
El Compromiso por la Paz es un documento con siete ejes temáticos y 117 propuestas de la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Compañía de Jesús y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos, producto según ellos de la “escucha amplia y el diálogo entre más de mil 600 instituciones y la identificación de 300 buenas prácticas” con las cuales recogieron, a lo largo de dos años, “la mirada de 20 mil personas en más de mil foros y conversatorios”. La asistencia promedio es de 20 católicos por foro efectuado.
Con reservas y observaciones puntuales en el caso de Claudia Sheinbaum, la suscripción acrítica de Jorge Álvarez y el entusiasmo desbordado de Xóchitl Gálvez, el Compromiso por la Paz fue suscrito por las tres candidatas presidenciales, el lunes 11 en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, en una suerte de pasarela para que no se vieran las caras ni escucharan las opiniones de sus adversarios el muy disparejo trío que aspira o sueña con despachar en Palacio Nacional. ¿O Gálvez ya propuso rescatar Los Pinos? Dice que lo hará con el aeropuerto de Texcoco.
Por lo visto Bertha Xóchitl, que se declaró católica, no entiende que la adscripción tanto la real (congruente), así como la formal (convenenciera) es un asunto privado, íntimo o mejor aún que no tiene por qué jugar y menos utilizarse a favor o en contra de nadie. Y en correspondencia, en pleno diálogo el obispo Ramón Castro, secretario de la CEM, saludó a la hidalguense como “nuestra candidata”.
En ese clima de camaradería política e ideológica, Gálvez Ruiz confesó a los obispos que los siete ejes temáticos serán para ella “el faro de guía en el proceso de toma de decisiones” que tendría en caso de ganar la contienda. Más todavía, “al ganar la elección, al día siguiente de la toma de posesión, el 2 de octubre, me voy a reunir con ustedes para tener la primera sesión de trabajo”. Ojalá (Alá quiera) y los auxiliares de Bertha Xóchitl y del “joven” Jorge que en 38 años ya acumula cuatro partidos políticos recorridos, tomen nota para que no olviden sus “compromisos” que parecen más bien solicitudes a Papá Noel y los Reyes Magos.
En contrapartida, Sheinbaum Pardo suscribió el documento de la jerarquía católica –promovido tras los asesinatos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, y el trabajador Pedro Palma del que ya no se acuerdan, en Cerocahui, Chihuahua, en 2022–, pero rechazó la visión de que el país está militarizado y la afirmación de que prevalece una “evaluación pesimista del momento actual”.
De igual manera planteó, como parte de sus objeciones, “que sería inconstitucional hacer corresponsables de la construcción de la paz en México a gobiernos y organizaciones de otros países” y otorgar más presupuesto a los organismos judiciales, “en los cuales existe un manifiesto derroche de recursos que distorsiona y pervierte la impartición de justicia”. La Suprema Corte es el mejor botón de muestra.
También impugnó que prevalezcan “el miedo, la impotencia, la desconfianza y la incertidumbre”; que las instituciones “estén rotas”, aumente la “delincuencia común alimentada por la marginación y la búsqueda de reconocimiento y justicia social” y no existan “datos confiables” en el Sistema Nacional de Seguridad.
Los desacuerdos quedaron plasmados en el documento Seguir Dialogando, que se anexó al texto oficial de la jerarquía católica y que tiene muchas semejanzas con los diagnósticos de la dirigencia de la coalición Fuerza y Corazón por México, en particular de Acción Nacional.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.
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