CRÓNICAS DE LA ÍNSULA
Hay preocupación en los políticos, diputados y próximos funcionarios de Oaxaca por el recorte en el presupuesto de la entidad, acorde al recorte federal. Se anuncian 4 mil millones de pesos menos para la entidad, lo que aunado a la sostenida inflación reducirá más las capacidades financieras del próximo gobierno.
Hace seis años Oaxaca tenía unos 30 mil millones de pesos de participaciones federales. Con la llegada del gobierno de la alternancia de Cué Monteagudo en 2010, la entidad empezó a recibir los llamados presupuestos históricos, más de 60 mil millones de pesos, lo que con otras transferencias federales daban un total de 80 mil millones.
Sin embargo, esos millonarios recursos no se han visto reflejados en cambios en la condición de vida de los oaxaqueños, antes bien han aumentado las estadísticas de pobreza y desempleo; los servicios de Salud más deficientes que nunca; y la entidad tiene hoy la más grande e injustificable deuda pública de su historia.
No hay mejorías sociales, ni obras, y aún estamos debiendo. Hoy cada uno de los 4 millones de oaxaqueño debe alrededor de 10 mil pesos per cápita, considerando una deuda de 40 mil millones, cifra intermedia de la deuda real que se calcula entre 30 mil y 50 mil millones de pesos.
Miles y miles de millones se ha destinado a Oaxaca en décadas y no se ha logrado revertir uno sólo de sus rezagos, seguimos abajo en las mediciones: en salud, educación, empleo, productividad y ahora hasta en seguridad. En emigración e índices de corrupción crecemos.
Corrupción anula cualquier presupuesto
No es ningún descubrimiento sostener que aún con mayor recorte en el presupuesto de Oaxaca para 2017, se podría hacer mucho si esos recursos se aplicaran con honradez. Hay ejemplos a pasto de cómo la intensa corrupción y mal manejo de los recursos anulan el beneficio que podrían significar para la gente.
Comunicadores de la Costa de Oaxaca denuncian uno de esos casos. Una inconclusa obra en Huatulco donde justificaron 49 millones de pesos, sin que siquiera terminaran la infraestructura básica para esas casas de interés social, está reportada como concluida por el FIDELO de la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico de Oaxaca.
Hay otra desviación de recursos que viene de más lejos, un asunto transexenal sostenido y aumentado en el sector Salud. La construcción del Hospital de Reyes Etla, que como decenas de edificios no fueron terminados en dos sexenios, el de Uro y el de Cué; otros simplemente son “elefantes blancos” sin instrumental y menos personal; en Juchitán siguen inconclusas las instalaciones del Hospital de la Mujer, que costó casi 10 millones de pesos, los costosos equipos médicos permanecen arrumbados entre la basura.
Y no es probable que pronto esto mejore pues ahora que el Congreso local legisla a placer del próximo gobierno, en vez de fortalecer políticas anti corrupción, han limitado más a la Auditoría Superior del Estado que pierde la autonomía que tenía en la ley que abrogaron al subordinarla ahora al poder legislativo. Esto es, las auditorías a capricho de la política y las negociaciones.
Otras impunidades de Reyna Figueroa
Ayer presentó en Juchitán, por sus pistolas, el político de la COCEI-Morena, Alberto Reyna un bodrio de libro Titulado “Xcua´Sa´, 33 cuentos en zapoteco”. Para empezar no son cuentos sino relatos de chascarrillos orales de la localidad; la estructura del cuento es otra. El novato “escritor” no conoce los géneros. Y por sus pistolas, porque no figuraba en el programa del Festival Cultural del Istmo. El líder de esa secta coceista e impulsor de invasiones de terrenos, del mototaxismo pernicioso (es dueño de la línea MAIZ) y ex presidente municipal acusado de corrupción, eso sí, abarrotó la sala en su pretenciosa presentación. Y quiere vender a 150 pesos el deficiente producto de la editorial de su propiedad. ¡Vaya!, hay quienes no tienen llenadera.
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