Periodismo libre y comprometido

Search
Search
O A X A C A Clima de Hoy

El fuero y el santuario legislativo

LIBROS DE AYER Y HOY

Que el legislativo federal – y los de los estados-, se haya convertido en un apéndice del ejecutivo y que funcione  a favor de los intereses del PRI, lo hemos sabido y sufrido desde hace tiempo.

Javier-Duarte

Pero que en un  afán descarado e ilegal se convierta en refugio de presuntos delincuentes, rebasa toda noción de respeto a lo que debe ser su función.

Ahora es un santuario al revés. Un centro que refugia perseguidos de la justicia por delitos al parecer plenamente comprobados.

Trascendió el nombre de Antonio Tarín García ex director de adquisiciones de la administración de César Duarte, acusado de varios delitos.

Nos hemos enterado de este caso, pero no se sabe  cuantos casos se habrán dado sin  que la opinión pública esté en aviso.

A lo mejor tuvieron al Chapo un tiempecito ahí. ¿O que tal si Javier Duarte  está escondido en ese lugar desde que desapareció? Sabemos de legisladores, algunos vinculados con la pederastia, y otros a los que el sarcasmo popular les adjudica la terminación que daba Mario Puzo a sus personajes, que aprovechan el fuero para esconderse y que algunos como Humberto Moreira andan apurados en su tierra, para conseguir una diputación.

El fuero viene a ser otra especie de refugio que da impunidad a quien lo ostenta. Por ello el PRI, con  sus diversas denominaciones, tiene copada la constitución capitalina, porque en ella se logró introducir no solo la revocación de mandato sino la eliminación del fuero.

La utilización de los santuarios como centros de refugio para perseguidos, es una antigua costumbre de siglos que  cimentó a las iglesias como  espacios neutrales, tal como pueden serlo hoy en día las embajadas.

El tema ha tomado actualidad con el apoyo que reciben los migrantes ante las políticas persecutorias de Trump, en ciudades que tienen gobernantes demócratas que en ciertos casos son personas realmente comprometidas con los derechos humanos.

Pero el que el sistema priísta trastoque una idea humanística de altas dimensiones, en un escarnio de bajeza y complicidad, da una idea de la moral que esgrime su partido.

Tartarín, aquel de Tarascón, no era un forajido ni un  turbio personaje que se apoderaba de los dineros públicos.

Solo su nombre nos recuerda al chihuahuense Tarín, cómplice de Duarte.

Se trata del personaje singular, fantasioso, abundante en historias inventadas, que lanzó al mundo con  mucha fortuna el dramaturgo, escritor y poeta francés Alphonse Daudet.

Quizá al tal Tarín lo podríamos vincular mas bien con otro de los personajes, el bizarro comandante Bravidá, que era “capitán de almacenes retirado”.

La obra de Daudet la relacionan en el estilo, la profundidad y la belleza, con Flaubert, pero  en este caso él  se inspira en Miguel de Cervantes con un andante soñador dispuesto a enfrentar al mundo y desfacer entuertos.

Y en ese intento, el francés disecciona a los dos personajes que subyacen en El Quijote: el loco genial y el hombre ramplón sabio a su manera que no es otro que Sancho Panza.

En Tartarín se concentran  los dos.  Personaje pueblerino de ese entorno de Tarascón,  Tartarín  es un mentiroso y exagerado  y sus mentiras como en  la opinión que se atribuye al alemán Joseph Goebbels, se convierten en verdad al ser repetidas.

Pero él dice que no son embustes, sino espejismos de otra realidad. Y así, se enfrenta a turcos, a leones, a piratas, a delincuentes, en un  acontecer que en ocasiones solo existe en su mente.

Se relaciona con  presuntos príncipes que en realidad son  unos timadores a los que mezcla en sus falsedades.

Pero el pueblo, que adolece de los mismos dislates, los toma como propios y los comenta y se nutre de anécdotas que nunca ocurrieron.

Como las ofertas de los políticos.  Tartarín de Tarascón ( Primera edición 1873, con centenares de ediciones posteriores), es señalada como novela humorística fincada en las corrientes naturalistas y se disemina en dibujos, carteles, historietas y asegura el recuerdo de un  poeta como Daudet, que solo vivió 47 años.

laislaquebrillaba@yahoo.com.mx

abril 2017
L M X J V S D
 12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
Scroll al inicio