CRÓNICAS DE LA ÍNSULA
El gobernador Alejandro Murat no pudo entrar a San Juan Guichicovi, grupos de la Sección 22 del magisterio lo impidieron. Todo estaba arreglado para que el ejecutivo arribará a esa Villa del mixe bajo, los profes estaban persuadidos de no dar problemas. Pero de pronto salieron a las calles y el gobernador no pudo entrar a Guichicovi. Plaza perredista desde hace más de tres lustros, donde un grupo político sostienen eficiente control.
Desde hace rato se habla que el proceso electoral federal de 2018 ya está aquí. De eso no cabe duda, y ya tenemos detalles de las primeras escaramuzas rumbo a la gran batalla. Hay quienes decían que el gobierno priista de Oaxaca parecía haber olvidado que se avecina esa elección federal, al tener abandonadas las diferentes áreas de disputa del poder. Los municipios, su propio partido (en pésimas manos) y hasta a la prensa.
Ahora tenemos un caso ilustrativo. Este miércoles se anunció la llegada del primer priista del estado a Guichicovi. El argumento era inaugurar la Casa del Niño Indígena y de paso fortalecer a su gente que está en desbandada, a las huestes priistas que en la pasada elección les fue peor que nunca con su candidato hoy regidor, Ramón Mijangos León.
Diferente a otros políticos que sin ser mejores manifiestan hambre de poder, los priistas hoy con buenos cargos amainan su plumaje al primer ruido. Esa inauguración estaba a cargo del CDI que administra el destacado priista Saulo Chávez, sin embargo, él y sus ayudantes en cuanto sonó la primera alerta de inmediato comunicaron que no había condiciones para llegar y ni siquiera enviaron la avanzada para tratar de negociar el arribo.
Ramón Mijangos ex candidato a presidente municipal del PRI en la contienda municipal pasada, perdió con mucho la elección, como ha sido la debacle priista en la historia reciente de esa Villa. Sin embargo, el PRI ha tomado aire ahí recientemente ante la pérdida de ecuanimidad del pentecostés presidente municipal, quien no atiende a la gente, no hace obra a estas alturas del año y sobre todo ha ofendido al grueso de la población al abandonar las sentidas prácticas sociales, culturales y religiosas en que todos los anteriores ediles sostuvieron su gobierno.
Se ha rodeado de los menos prestigiados cuadros de la política pueblerina, como Moisés Villarreal, quien fue Tesorero del Ayuntamiento dirigido por el médico Heberto Luis Zacarías. Moisés fue en dos ocasiones “víctima de autorrobos”, en diciembre de los dos primeros años de ese trienio.
Lo anterior fue sostenido por la población, y cobró fuerza al trascender las adquisiciones del profe: plaza en el magisterio para su esposa, nueva propiedad, mejor vida. También contrató el actual y cuestionado edil como asesor a un ex sicario de Ulises Ruiz en 2006, de quien se comenta levantaba a los insurrectos de aquel año, Rigoberto Noriega.
La religiosidad protestante pentescostes del presidente municipal Cástulo Escobedo Lucas lo tiene confrontado con el pueblo, abandonó la mayordomía de la Vela San Juan, así como las fiestas, bailes, justas ecuestres y todo lo usual en esas celebraciones anuales. Pero, por otro lado, las misas al aire libre de su secta con ministros traídos de lejos menudean en la población, haciendo evidente el uso del dinero público para esos actos de proselitismo religioso.
Esta debilidad del gobernante municipal, religiosamente malversador, su alejamiento de las prácticas de poder de sus antecesores, es lo que tiene de regreso al PRI en esa municipalidad, es lo que el primer priista del estado pudo capitalizar, levantar el ánimo y reunificar a la desbandada, sin embargo, la negligencia no alcanzó para permitir eso, y el edil Cástulo mandó a su par de asesores a cerrar esa peligrosa posibilidad con el “coco” de la S 22. Las primeras concretas escaramuzas del 2018 ya están, veremos muchas más.
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