OAXACA, OAX., diciembre 6.- Por quinto año consecutivo, los guajolotes orgánicos Cuni Cuni llegarán a su mesa en esta Navidad y Año Nuevo y con ello 17 familias de la mixteca oaxaqueña verán concluido un cuidadoso trabajo de crianza de estas aves muy mexicanas.
Como lo hicieron desde 2008, cuando iniciaron el proyecto social, de nueva cuenta en este año los guajolotes criados en Río Poblano, San Juan Bautista Coixtlahuaca, un pueblo migrante y mayoritariamente habitado por mujeres, este año esperan que sus guajolotes estén en las mesas de muchas familias mexicanas y con así concluir su proyecto.
Pertenecientes al Grupo de Mujeres Productoras La Palma, las 17 familias encontraron en la cría y venta de guajolotes una forma de enfrentar la crisis generada por la falta de oportunidades, en una zona caracterizada por su alto índice de pobreza y marcada por el fenómeno de la migración.
Araceli Jiménez Martínez, gerente de la marca Cuni-Cuni, palabra que en la lengua mixteca quiere decir “guajolota-guajolota”, refiere los beneficios que para la salud tiene el consumo de carne de esta ave criada de manera orgánica.
Cada día y durante el periodo de crianza normal, estas aves de la especie Diamante Blanco, por ello el color de su plumaje, y doble pechuga, consumen trigo, maíz y cebada y todo aquello que les permite la tierra del campo donde son llevados cada mañana. Lejos de químicos sintéticos, enzimas, hormonas o antibióticos la carne de estos guajolotes adquiere un saber inigualable y muy recomendada por chef de talla internacional por su calidad y sabor y también por los nutriólogos debido a que se trata de una carne sin grasas.
Pero no es solo eso, resulta por demás curioso, conocer que las aves son atendidas con medicamentos homeopáticos, lo que evita cualquier contaminación de antibióticos químicos que alteren su crecimiento y sabor.
Y, por si fuera poco, los Cuni-Cuni “mueren contentos”, porque antes de ser sacrificados beben un poco de mezcal, bebida que como el ave comparten su pasado prehispánico, cuando los antiguos habitantes del ahora territorio mexicano aprendieron a dominar a los Cuni-Cuni y a elaborar la bebida proveniente del maguey.
Jiménez Martínez añade que independientemente del valor que puede tener el guajolote en la historia culinaria mexicana y de Mesoamérica, además de sus propiedades bien reconocidas nutricionalmente, se ha descubierto que un guajolote como los Cuni-Cuni puede ayudarnos a mejorar el estado de ánimo y el funcionamiento cerebral, debido a que éntrelas proteínas que conforman su carne podemos encontrar la tirosina, un aminoácido que ayuda elevarla concentración de sustancias que aumentan el estado de alerta, la resistencia al estrés, la concentración y la memoria. En contraparte, la tirosina puede disminuir la depresión y el hambre.
Entre las propiedades que ofrecen para una rica cena de navidad y año nuevo, los guajolotes Cuni-Cuni también proporcionan menos grasas que las carnes rojas y nutrientes como la niacina, fósforo, hierro y potasio, necesarios para el adecuado funcionamiento del organismo.
Sin duda, sostiene la entrevistada, son muchas las ventajas nutricionales de los guajolotes y esas ventajas se potencializan aún más cuando son criados de manera orgánica como los Diamante Blanco, de doble pechuga, a la que pertenecen los Cuni Cuni.
Sin embargo, la mayor de las ventajas de adquirir estos guajolotes en esta temporada y ahora durante todo el año, es sin duda la contribución que cada persona hace para el sostenimiento de las familias jefaturadas en un mayor porcentaje por mujeres: de Río Poblano, San Juan Bautista Coixtlahuaca.
Para la compra de los pavos Cuni-Cuni basta hacer una llamada telefónica al Araceli Jiménez al (044) 951-545-48-45 o escribir a cunicuni9@gmail.com de esa forma tendrá en su mesa un guajolote criado conforme a su tiempo, fuente de proteínas, vitaminas del grupo complejo B, ácido fólico y milerales como el fósforo, el potasio, el magnesio, el hierro y el zinc.
Menos grasa y más felicidad para su organismo, señala Jiménez Martínez quien invita a contribuir al crecimiento de la empresa social que dirige y de la cual dependen 17 familias de la mixteca oaxaqueña.