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La diversidad cultural de México y el mundo

En el segundo “Foro de promoción de la diversidad cultural, educativa y lingüística”, que tuvo lugar en la Universidad Pedagógica Nacional, Ciudad de México, este 16 y 17 de mayo se presentaron varios temas sobre los grupos indios de nuestro país, específicamente sobre lenguas, educación y situaciones emergentes que exigen de análisis y de políticas públicas.

Se presentaron dos trabajos acabados que me parecen de los más importantes, sin restar calidad a los demás –-la presentación del número 13 de la revista “Aquí Estamos”— que coeditan la Fundación Ford y el Ciesas, misma que está disponible en http://ford.ciesas.edu.mx/Revistas.htm y el documental T`ARHEXPERAKUA (Creciendo juntos) del director Rainer Enrique Hamel.

De manera general se presentaron trabajos académicos que ponen en la saga temas tan relevantes y que en términos de políticas públicas muy poco o nada se ha hecho.

Están casos como la situación de la niñez y la juventud indígenas con una educación periférica, falta de oportunidades de educación media y superior (especialmente a las mujeres), desigualdad de ingresos, discriminación, dilemas y tensiones emergentes, exclusión por la construcción de identidades diversas que la sociedad mayor no ha podido asimilar que somos un ente pluricultural y cambiante, distinto y que debemos reconocernos y valorarnos.

Con este foro, a decir de sus ponentes, se inicia un nuevo proceso de desnaturalización y renovación del concepto indígena, pues éste, al convertirse en un concepto de poder, encierra muchos enigmas y obstaculiza la explicación de varios aspectos que se dan dentro de las relaciones sociales.

Son cambios que demandan ya no etiquetar, sino desmitificar o desnaturalizar el concepto para abrir la caja de pandora, a fin de dar explicaciones más inteligibles sobre lo que le ocurre a las minorías invisibles y olvidadas, como las comunidades negras o mulatas existentes en algunos estados como Oaxaca, Guerrero, Veracruz o la Ciudad de México, además de la diversidad regional-cultural general.

“Juventudes indígenas en México: Temas y dilemas emergentes” es el título del número 13 de “Aquí Estamos” y tema que acaba de publicarse y presentarse.

A decir del editor tiene como objetivo conocer y combatir las causas y consecuencias de la exclusión que afecta a los pueblos indios de nuestro país.

Asimismo, resalta que es una mirada calificada de los profesionistas indígenas de distintas disciplinas, etnias y regiones que ha apoyado el Programa internacional de becas de la Fundación Ford (IFP, por sus siglas en inglés).

Conjuntamente con el coordinador del número sostienen que la juventud indígena es un sector social que padece los efectos de la invisibilidad, que es un tema emergente de indudable y creciente relevancia analítica, pues se está colocando en la agenda de investigadores autóctonos y mestizos en general.

El sólo hecho de centrarnos a analizar el mosaico cultural juvenil del país y de nuestro Estado de Oaxaca constituye todo un entramado sociocultural, porque las generaciones jóvenes son los actores clave de la vida política, económica y cultural del país.

Son quienes viven el dilema entre estudiar o emigrar, son quienes hoy demandan un conjunto de oportunidades para trabajar, una vivienda digna y recreación, en fin, todos aquellos elementos que les permitan auto realizarse como jóvenes.

La juventud no es una categoría universal ni unívoca; puede estar ausente en determinados contextos o mostrar una amplia diversidad entre sociedades o incluso entre distintos grupos al interior de ellos mismos. Por ello y más es que el gobierno no debe postergar la oportunidad de atender la diversidad juvenil en general y a la indígena en particular.

El documental presentado en el segundo Foro muestra una experiencia de educación intercultural bilingüe en San Isidro y Uringuitiro, comunidades de la Meseta Purépecha del Estado de Michoacán, donde en lengua purhepecha se propone transformar el sistema educativo a partir de su recuperación y cultura.

Estos deben ser la columna vertebral de la educación en sociedades plurales, ajustar el sistema a estos sistemas micro con conceptos de poder e incluirlo en todo el quehacer social, para que la comunidad lleve un proceso de enseñanza-aprendizaje a partir de su cosmovisión, su lenguaje, modos de vida propios y traducir en leguaje práctico local para que los educandos no sólo vean reflejada su lengua, sino una valoración ponderada de su cultura.

Resulta pertinente cuando gobiernos y grupos indígenas de países como España, Canadá, Bolivia y otros han hecho de su riqueza cultural no un folklor ni la estigmatización o victimización, sino un modo de vida pluri y multicultural.

También han construido capitales culturales como Barcelona, donde convergen diferentes lenguas, o la Unión Europea, donde se usa un metalenguaje para la convivencia multicultural y la inclusión de los otros en las mismas condiciones.

Primero autodefiniéndose y actuando culturalmente hasta colocar su lengua y su cosmovisión como mecanismo de poder en la educación, medios de comunicación, política, mercado, la familia y la vida misma.

(*) Josafat López Cruz es profesor-investigador del Instituto Tecnológico Superior de San Miguel El Grande, Oaxaca.

 

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