Las medidas sanitarias en tiempos de Covid van, desde las más obsesivas, hasta las no-medidas.
El hombre que vende quesos, en mi opinión, exagera en los cuidados. Cuando vas a liquidar tu compra te dice que deposites tus billetes o tus monedas en un recipiente, tipo charola, con agua y cloro al veinte por ciento, él retira el cash con una pinza y te entrega el vuelto mojado, sean billetes o sean monedas.
Es una medida extrema, pero se le agradece. Uno abandona ese establecimiento con la seguridad que el dinero puede estar más limpio que la conciencia.
Caso contrario son las chicas que venden tacos dorados y clayudas. Ahí no hay cubrebocas, llegan todos los chavos del barrio a echar desmadre, sin distanciamiento social: Ey! tu verga, vas a ir mañana; Si, tú verga, nadamás que no me vayan a hacer la prueba del coronavirus.
Tal y como observamos en esta segunda escena, no existen medidas de sanidad excepto la camaradería y el relajo que, quizá, ayudan a robustecer el sistema inmunológico.
Existen otras historias más tiernas, como la del señor que vende agua purificada. Improvisó en el modesto establecimiento un filtro sanitario con hules de cámara de llanta, unos trapos, cloro y las indicaciones sobre la pared.
–Oiga, ya puso usted su filtro no, le digo en la entrada.
–Si, pues estamos ya en semáforo rojo, pero el problema no es en Xoxo, el problema está en Huajuapan, Tuxtepec y el Istmo. Aquí en los Valles no hay problema, me responde.
Se mira que el hombre se chuta todas las misas del padre Gatell y hace sus mejores esfuerzos por reforzar las medidas.
La Hermana República de Xoxo es un microcosmos, si bien no es Wuhan ni Bérgamo, sí presenta serios problemas de Covid. Ocupamos el nada honroso tercer lugar con 610 casos registrados.
Sin embargo, la vida sigue, cada quien hace lo que puede, quizá también en el fondo todos estamos seguros que la fuerza vital que palpita en cada uno y una será capaz de vencer a la muerte.
Que así sea!
*Director de Radio Universidad de Oaxaca (UABJO).