OAXACA, OAX., junio 17.- Por ser un factor que desalienta la inversión, ahuyenta al turismo y mantiene en la marginación y el subdesarrollo a los pueblos y comunidades, es necesario y urgente frenar la escalada de violencia que se está suscitando en Oaxaca, provocada por conflictos agrarios, políticos y sociales. “Los oaxaqueños somos una sociedad pacífica y solidaria que no quiere vivir en un estado convulsionado”.
Así lo señaló el coordinador del grupo parlamentario del PRI en la LXI Legislatura local, Francisco García López, quien recalcó:
“Los resultados de la violencia, más los agravios que han recibido alrededor de una docena de autoridades municipales y agrarias, ponen en entredicho la gobernabilidad en nuestro estado y dejan paso a una lacerante impunidad, porque no hay aplicación de la ley en la mayoría de los casos y no se tienen claro el desarrollo y avance de las investigaciones”.
En entrevista, el líder de la bancada tricolor puso como ejemplo los sonados casos de Santiago Choapan, Santiago Amoltepec, San José del Progreso, San Gabriel Mixtepec, Santos Reyes Noapala, San Dionisio del Mar, San Juan Mixtepec, Santo Domingo Yosoñama, Santa María Tataltepec y Santiago Tilaltongo, estas últimas comunidades en la zona de la Mixteca, región donde por desgracia se han multiplicado hechos violentos con lamentables pérdidas de vidas humanas, independientemente de los casos en el Istmo, la Costa y los Valles Centrales.
“Damos un voto de confianza a las autoridades estatales y federales para que trabajen coordinadamente y solucionen estos problemas y le brinden seguridad y paz social a la población. No queremos más hechos violentos como los que últimamente se han suscitado en la capital del estado, como las ejecuciones, secuestros y enfrentamientos”, recalcó.
Dijo que Oaxaca vive del turismo y el turismo lo que exige es una ciudad limpia, segura y en paz. “No queremos vivir en una ciudad y un estado convulsionado y con una economía ya endeble y sin seguridad para la inversión”.
En cuanto a los conflictos agrarios, el legislador por el distrito de Juchitán afirmó que es responsabilidad del gobierno federal y de la autoridad estatal, solucionarlos para que las diferencias no deriven más en hechos lamentables de fuerza, que cada vez cobran más vidas humanas.
“Ojala que la Sedatu, en el ámbito federal, y la Secretaria General de Gobierno, en lo local, sumen y armonicen esfuerzos para que la paz y la concordia se restablezca en múltiples comunidades rurales. Oaxaca no merece más derramamiento de sangre por la incapacidad para atender de manera preventiva una agenda de riesgos que desembocan en hechos consumados e irreversibles”.
No solo se trata de elevar la voz una y otra vez para demandar la aplicación de la justicia para mitigar el dolor de las familias de las victimas, se trata de instrumentar programas de desarrollo social y justicia agraria para que los conflictos no detonen.