LIBROS DE AYER Y HOY
Todos somos inocentes mientras no haya una resolución en contra. La exigencia de justicia siempre tiene o debe detener, como marco la ley. Es cierto que sabemos lo que es la estructura jurídica y el comportamiento judicial en muchos casos, pero México, como todos los países del mundo tiene un marco jurídico y este es el que debe de aplicarse.
Resolver problemas por presiones políticas, es lo mismo que negar justicia. Si estamos en un proyecto que pretende resolver las cosas con la ley en la mano, es una agresión a ciudadanos que pensamos así, el que grupos que se enquistan en movimientos legítimos, sean los que vencen.
Si hay delitos atrás, debe ser con la ley en la mano como se resuelvan, de otra manera todos estamos en poder de la indefensión. Más si se usan reales o inventadas famas públicas en momentos climáticos del país, como es un masivo y complicado proceso electoral.
La Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, al suspender la candidatura para el gobierno de Guerrero por presuntas denuncias y por la presión de legisladores y grupos del feminismo, cae en la provocación sin basarse en la ley, porque el candidato aprobado Félix Salgado Macedonio, es presuntamente inocente, cosa que contradictoriamente acepta.
No elimina la candidatura y es cierto que la somete a la espera de una resolución, pero mientras ha vulnerado sus derechos ¿Habrá tiempo para reponerlos? En otros confines, entre todos los casos polémicos, tres muy famosos se cruzan este momento en el que las acusaciones proliferan así hayan pasado décadas.
Si la vieja frase de que la justicia tarda pero llega, tendríamos que retrotraernos a la historia para exigir que millones de casos injustos se resuelvan a favor. Estos tres casos externos son los Woody Allen, Gérard Depardieu y Plácido Domingo. En el caso de este último la confesión de parte ha resuelto de hecho el problema. Él ha dicho que muchos de los casos que lo involucran, “son del pasado y en ese tiempo las cosas eran diferentes”. Pero quedan en el banquillo los otros dos.
¿LOS CASOS DE WOODY ALLEN Y GÉRARD DEPARDIEU SON REALES?
La apertura mundial a las denuncias de las mujeres que creó entre otros movimientos MeeToo, ha permitido que salgan a la luz muchas ofensas y agresiones que se han sufrido a lo largo de décadas. Personajes de alto nivel han sido exhibidos y enviados al precipicio por las denuncias que hay en su contra. Ha habido sentencias, suicidios, denuncias en contra y todo tipo de acontecimientos normales en un tema tan duro y polémico.
Pero dentro de esas justas demandas, se han colado varios casos que no son reales o que no se confirman en la práctica. Se han expuesto casos de mujeres despechadas que querían hacer daño, de mujeres que deseaban extorsionar para sacar dinero o de simple odio por fallas en promociones o papeles que añoraban actrices en ciernes.
El caso de Woody Allen es uno de ellos y se presta a un análisis más de fondo conocida su trayectoria y los hechos que relata en su reciente autobiograía. Un caso que se acaba de reabrir es el del actor francés Gérard Depardieu, también con nacionalidad rusa, un caso que había sido cerrado hace dos años y que se reabrió ante insistencia de la demandante, una actriz joven. Lo que parece un poco extraño es la forma como se manejan las acusaciones. Son, en un mes, los días 7 y 13.
La pregunta que se hace y no se aclara, es si la mujer vivía en la casa del actor, si estaba secuestrada, si trabajaba ahí. Porque ella denuncia que fue violada por dos días diferentes, alternados, en la casa del actor. Es extraño. Si estaba secuestrada el delito es más grave aún, pero ella no lo ha denunciado, por lo tanto no ocurrió. Si trabajaba podría haber un agravante porque se cometió ensañamiento con una dependiente.
Lo otro y al parecer es lo que ocurrió, es que la mujer asistiera voluntariamente a la casa del actor los siguientes días después de la primera violación, lo cual resulta también extraño. ¿Hay atrás un asunto de revancha, de despecho o de venganza?
ALLEN ENTRE “LOS CONDENADOS”, “JUGUETE DEL DESTINO” O EN “¿JUSTO CASTIGO?”
Los mencionados en el subtítulo son títulos de cuentos y relatos del libro de Woody Allen, Perfiles (Cuadernos Ínfimos, 1980, con cuatro ediciones anteriores desde 1975), que contiene 16 trabajos. La muy amplia obra del cineasta, más en filmes que en libros, ha sido expuesta muchas veces en este litigio que sostiene contra su ex esposa Mía Farrow que lo denuncia por haber violado a su pequeña hija. Tanto él, como su actual esposa Soon-Yi Previn, antigua hijastra de Farrow, alegan inocencia; se ha recurrido a tribunales y Allen lanzó su autobiografía el año anterior, como una exculpación.
Lo raro de todo el asunto, es que la señora Farrow que ha centrado parte de su existencia en amargar la de su ex esposo, es que la denuncia no se produjo cuando ambos estaban casados que se supone que ocurrió el hecho denunciado. Este salió a la luz después de que Allen la abandonó por su hijastra con la que tiene casado varias décadas.
Si el acto denunciado fue cierto, ¿por qué Farrow calló? Si no lo es, se menciona como la actitud de una mujer que no ha podido olvidar el agravio y aprovecha casos tan sensibles como la violación de una hija para vengarse. En estos casos tan poco claros, ¿Que sucede en los movimientos feministas, si realmente se lucha por un cambio de actitudes?, ¿deben dejarse oscuros los casos que pueden ser injustos o buscar la forma de que se haga justicia, sin demérito de las luchas justas que sostienen?
Teresa de Jesús Gil Gálvez, Teresa Gil, Tere Gil, Teregil: laislaquebrillaba@yahoo.com.mx