UTOPÍA
Es harto interesante, por lo menos para el redactor, la tesis expuesta por el subsecretario Hugo López-Gatell, el más vituperado y que no es lo mismo que criticado, funcionario público después del presidente Andrés Manuel, respecto a que no existe correspondencia entre lo que informan los gigantescos y oligopólicos medios de comunicación global, y las investigaciones preliminares y definitivas de los especialistas y las instituciones para las que laboran en el manejo del SARS-CoV-2 que produce la enfermedad conocida como covid-19 y que en su tercera y cuarta olas amenaza al orbe, si nos limitamos a la información periodística nacional y extranjera.
En la visión del experto doctorado en epidemiología, no existe evidencia científica de que las nuevas variantes del virus sean más potentes y mortales, pero sí de que se expanden a mayor velocidad que las anteriores, como en el caso de Delta.
Y la gran diferencia del presente respecto a diciembre de 2020, de acuerdo con la misma fuente, es la vacuna en sus más diversas marcas, dosis –existen de tres como la cubana Soberana 01 con todo y “medieval bloqueo” estadunidense, Obrador, dixit–, laboratorios y países de origen.
En el caso mexicano, cuando están vacunados 62 millones de mayores de 18 años o el 50% de la población adulta, se redujo la mortalidad en 87%, si se compara con las muertes que ocurrieron durante la segunda ola epidémica, y 77% si se coteja con la primera. El subsecretario de Prevención y Promoción de Salud explica que el biológico redujo significativamente las defunciones de adultos mayores de 60 años.
Respecto a las probabilidades de que la famosa y respetada La Catrina –de José Guadalupe Posada –el hidrocálido universal–, visite a las víctimas de la tercera ola de covid-19 en México, la evaluó en 1.9% frente al 11% de la segunda y el 22% de la tercera ola.
Es decir, la clave está en ser portador de la vacuna como la principal opción hasta hoy para protegerse. Mas cuando las resistencias a vacunarse son tan extendidas como en regiones completas de la Europa presumiblemente civilizada o en la todavía principal potencia económica y militar el 51% se resiste a inmunizarse bajo los más disparatados motivos como “el control mental” o la fidelidad al golpista, sexópata y evasor fiscal Donald Trump, entonces el problema es mayúsculo, a pesar de que ofrecen todo tipo de estímulos, como rifas por un millón de dólares.
Rusia no canta mal las rancheras con el mucho terreno que ganó la religión cristiana ortodoxa a partir de 1992 y el rechazo a los antígenos, pese a las rifas de automóviles y otros estímulos que ofrece el gobierno de Vladimir Putin (señor al que Carmen Aristegui llama Putín desde 1999, por supuesto que no se equivoca con los nombres de los estadunidenses).
En México hubo hasta el martes 74 774 casos estimados, es decir 37% más contagios que en julio del 2020 y una reducción de 34% respecto a enero de este año. En la visión del doctor López-Gatell “aunque haya nuevos contagios y haya propagación del virus, es poco probable que desarrollen enfermedad grave”.
Sin embargo, es evidente la urgencia de que los mayores de edad se inmunicen. Y el gobierno federal, los estatales y las alcaldías pisan a fondo el acelerador de la vacunación y logran cifras récord que superan el millón de antígenos aplicados por día. Hasta la secretaria de Seguridad se ocupa del tema en toda la franja fronteriza con Estados Unidos, como si la inseguridad no fuera una epidemia que todavía azota a México.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.