Utopía
Todo apunta a que fue un elemental error de cálculo político de los 17 legisladores de Acción Nacional, la mitad de su bancada en el Senado, y en particular de su coordinador Julen Rementería, la suscripción de la llamada Carta Madrid para sumar a “líderes políticos y sociales” en la lucha en “contra del avance del comunismo en la iberoesfera”, en un recinto oficial del blanquiazul y con la presencia de Santiago Abascal, líder del ultraderechista partido Vox, producto de una escisión del muy conservador Partido Popular.
Error elemental porque salvo unas cuantas senadoras que cándidamente presumieron orgullosas su encuentro con el dirigente neofascista, como la muy sobrevalorada Lilly Téllez, la mayoría están en franco reculamiento después de la airada reacción de exgobernadores como Ernesto Ruffo, senadores y expresidentes partidistas como Gustavo Madero, Damián Zepeda y Marko Cortés, además de Xóchitl Gálvez, señora que dice que militó en la Liga Obrera Marxista.
De acuerdo con la carta suscrita “una parte de la región está secuestrada por regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico y terceros países”, por lo que llama a defender “el Estado de derecho, el imperio de la ley, la separación de poderes, la libertad de expresión y la propiedad privada”.
Llamamiento que al parecer fracturó al PAN con todo y que allí cohabitan presuntos centristas y la poderosa Organización Nacional del Yunque, fundada en 1953, y que nada tiene que envidiarle al ultraderechista partido español que se fundó hace ocho años. Tan es así que la mayor parte de los 17 aliados de Vox son identificados por sus propios compañeros como pertenecientes a la secreta organización que se constituyó en la capital poblana.
Por eso el partido que orgullosa pero clandestinamente formaba parte del PRIAN desde 1988, a partir de 2018 lo asume sin recato y ahora integra a los restos del Partido de la Revolución Democrática, más con una parte de la oposición empresarial y plutocrática constituyen Va por México y buscan refrendar la alianza para junio de 2024.
Observadores estiman que hasta el próximo trienio podrían llegar las consecuencias del “mal paso” que dieron los 17 y su coordinador senatorial, lo que colocaría en mejores condiciones al partido propiedad de Dante Delgado para nuclear a las oposiciones partidistas y empresariales en torno a un candidato único para despachar en Palacio Nacional, pues de Los Pinos ya se apropiaron los ciudadanos, creadores artísticos y polemistas.
Lo anterior podría explicar la premura con que la dirigencia panista brega por el reculamiento que permita el control de daños, sobre la base de darle la vuelta a la página, que el capítulo quede en el olvido para lo que giraron instrucciones de no tocar el asunto en medios de comunicación y que rectifique quien sea necesario, incluido Rementería, a quien “le quedó grande el cargo”, según el bajacaliforniano Ruffo.
El veracruzano no distinguió entre lo que es una alianza partidista, un acuerdo institucional y el ansia supuestamente ideológica de 17 anticomunistas convictos y confesos, aunque no tengan la menor idea de qué es el comunismo como corriente ideológica global, qué como fuerza que se desempeña como factor político y en una decena de naciones como partido gobernante, respecto de una formación económico-social que nunca existió porque implica, entre otras cosas básicas, la desaparición del Estado y la autogestión de los ciudadanos y de los productores.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.