Utopía
Desde cualquier ángulo que se le observe, resulta plausible la investigación coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación que puso al descubierto otra red de empresas fantasmas o de papel tras las que miles de políticos, empresarios, hombres del espectáculo y los deportes resguardaron o de plano escondieron parte de sus riquezas en paraísos fiscales.
Lo mismo fueron exhibidos presidentes como el banquero Guillermo Lasso (Ecuador), Sebastián Piñera (Chile) y Luis Abinader (República Dominicana), que Abdalá II, rey de Jordania; los de Kenia, Uhuru Kenyatta; Chipre, Nicos Anastasiades y Azerbaiyán, Ilham Aliyev, además de los primeros ministros de Pakistán, Imran Khan, y de la República Checa, Andrej Babis; el exprimer ministro británico Tony Blair, los expresidentes de Perú Pedro Pablo Kuczynski, de Honduras Porfirio Lobo, los colombianos César Gaviria y Andrés Pastrana, el paraguayo Horacio Cartes y los panameños Juan Carlos Varela, Ricardo Martinelli y Ernesto Pérez Balladares.
En el caso mexicano son más de 3 000 los usuarios de los paraísos fiscales, sobre todo empresarios y políticos. Entre éstos últimos hay de todos los colores, del PRIAN y del partido en el gobierno, el titular de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis, quien se deslindó enseguida de sus 3 millones de pesos que además le robaron; el exconsejero jurídico Julio Scherer Ibarra y el senador Armando Guadiana.
Como es natural, el trío mencionado es, junto con Julia Abdalá Lemus, esposa de Manuel Bartlett Díaz, director de la Comisión Federal de Electricidad, las delicias de un oligopolio mediático partidizado, beligerante y ávido de mostrar que las prácticas no necesariamente ilegales pero sí antiéticas, no son privativas del conservadurismo, sino también de la Cuarta Transformación.
La información y el escándalo mediático están a la orden del día, de la semana y el mes, como sucedió con Papeles de Panamá en abril de 2016, mientras el uso de los paraísos fiscales se multiplica en Dakota del Sur (Estados Unidos). No es un secreto, salvo para Edgardo Buscaglia, que el sistema financiero estadunidense es la lavadora más grande y eficiente de los dineros del crimen organizado al que tanto jura Washington combatir y que lo administra y usa geopolíticamente.
Como bien explica Santiago Nieto Castillo, en medio del confuso bombardeo informativo por descontextualizado, se trata de los beneficiarios de aquellos regímenes laxos en materia de prevención y combate al lavado de dinero, que favorecen la (mala) práctica de estructuras financieras que permiten movilizar y ocultar sus verdaderas ganancias, como la creación de empresas offshore de Pandora Papers, que son completamente legales en estos regímenes, permaneciendo impunes a la luz de las autoridades de aquellas naciones que sí las prohíben.
¿Qué hacer para que no quede en un gran escándalo mediático que estimule la condena ética de la opinión pública y publicada, para que no reconfirme la máxima popular del “mucho ruido y pocas nueces”? A juicio del titular de la Unidad de Inteligencia Financiera todas las autoridades competentes debemos actuar de inmediato, y analizar a todas y todos los involucrados, sin importar el grupo político. La UIF cuenta con la facultad de recibir y requerir de las autoridades competentes información sobre transferencias internacionales, así como solicitar información a través de la Red Segura de Grupo Egmont, acerca de los sujetos y empresas offshore relacionadas al caso.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.