Libros de ayer y hoy
A 74 años de la muerte de Gandhi, la búsqueda por la paz no es una lucha estéril.
Este 30 de enero se cumplen 74 años del asesinato del pacifista hindú, Mahatma Gandhi, quien sostenía según sus memorias, que la paz es el único camino que debe recorrer el ser humano. En las fechas que han ido pasando de ese acto brutal perpetuado por el fanático Nathuram Godse, el mundo nunca ha estado en paz. Pese a que se creó, en 1964, el Día de la Paz y la no Violencia que se celebra en la misma fecha de la agresión, sobre todo en las escuelas.
Hoy, con la obsesión guerrerista de Estados Unidos, recalcada en el caso de Ucrania, contra Rusia, la paz se mueve en un hilo. Ya, algunos de los aliados de la Unión Europea, sobre todo, alistan su participación servil. Y en esa postura hay una contradicción porque suena absurdo que la UE organismo del primer mundo critique lo que considera violencia en otros países, como lo ha hecho con México en el caso de los periodistas. La zorra no se ve la cola.
En el conflicto de Ucrania, ya salió China con la advertencia de dejar a Rusia en paz, y con esa potencia, muy calmada, poco dada a los escarceos violentos, no se juega. La fecha que venimos mencionando tiene signos oscuros para esa paz proclamada por Gandhi.
Antes, en un 30 de enero de 1933, tomó posesión como canciller en Alemania, ya encarrerado el fascismo, Adolfo Hitler y en esa misma fecha, pero de 1945, el fürer dio su último discurso, próximo a suicidarse. En ese inter habían muerto alrededor de 40 millones de personas.
Y como una demostración de que la paz sigue siendo materia frágil el aliado que se apoderó del triunfo de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, disparó en un hoyanco nuclear de experimentación, un 30 de enero de 1992, su bomba atómica número mil 132, cifra iniciada desde 1945. Desde entonces ha desplegado decenas de guerras en el mundo.
Por el amor a los libros, se creó la librería Gandhi
¿Cuantos miles de libros habrá vendido desde 1971, la librería Gandhi? Quizá millones en sus 41 sucursales en el país. Quizá tampoco sabrá cuantos libros les han robado los amantes de los libros ajenos. Lo singular de esta librería que lleva el nombre del que es considerado el Padre de la India, es que fue creada por un hombre como Mauricio Achar, que se desvivía por los libros. Donde quiera que hubiera libros ahí estaría.
La creación de la original librería en Miguel Ángel de Quevedo en 1971, despegó con el gusto de arropar la cultura, en todo tipo de expresión y ser a la par centro de reuniones y de citas y desde luego de compra de libros. Sabemos del amor por los libros, el origen del nombre que reconoce la característica de Mahatma Gandhi, nombre que está en otros sitios en México.
Las librerías Gandhi en la capital son 18 y en el país 23. Pero hay calles, hay centros culturales y algo inédito una estación del metrobús en la avenida Reforma con descenso en el gran bosque de Chapultepec y cuya imagen en la línea es la figura con bastón del líder de la independencia india. El fakir desnudo como solían llamarlo algunos políticos.
El pacifismo, corriente que no toma en cuenta las armas ajenas
El pacifismo promovido por Mahatma Gandhi encontró la más violenta respuesta en su propia muerte. En un mundo en el que los enemigos se pertrechan de armas, no se puede estar desarmado. La propia India criticada ahora por su pertrecho nuclear, sería quizá desestimada por Gandhi pero el enemigo acecha.
Los que se oponen al armamentismo de otros países, como Estados Unidos, es de los que tienen una de las más grandes instalaciones nucleares. Pero la lucha por la paz no es estéril y así lo demostraron aquellos poetas que crearon el Día de la paz y la no Violencia, en 1964, para imbuir en la mente de los escolares, que la paz, como decía Gandhi, es el único camino que deberíamos recorrer.
Teresa de Jesús Gil Gálvez
Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.
Colaboradora desde enero de 2017.