EXPRESIONES.- Un Congreso internacional logró lo que ningún gobierno municipal y estatal ha logrado en la capital del Estado desde hace ya más de dos décadas: que en Oaxaca se respire seguridad, estabilidad y progreso.
El XII Congreso Mundial de Ciudades Patrimonio de la Humanidad hizo que al menos nuestro Centro Histórico, por una semana, merezca el nombramiento de Patrimonio de la Humanidad.
Nuestras calles se ven limpias y se respiran seguras; las autoridades municipales y estatales, en su papel, dispuestas a servir a la sociedad con amabilidad y responsabilidad; nuestras calles limpias y sin vendedores ambulantes y aunque parchadas por los remiendos de última hora de los baches, los trabajos hacen verle otra cara a la bella e histórica Oaxaca de Juárez.
Da gusto pasear y disfrutar nuestra arquitectura colonial, la simetría de las calles y ese calor humano que siempre ha estado, pero que se había maniatado ante tanta marcha, manifestación y bloqueos provocados por lo que se denomina: industria del chantaje y la presión política.
Hasta los ambulantes, plaga de nuestras calles, tuvieron el “gesto de buena voluntad” para salirse de las banquetas, lástima que sea sólo por el Congreso que durará apenas una semana; hasta los maestros de la Sección 22 escogieron horas y lugares especiales para “no molestar” a los congresistas y estos no se lleven una pésima imagen de Oaxaca.
Cuanta “bondad” hay en nuestro Estado, tanta que por su excelsitud no podemos zafarnos de la desconfianza que nos genera, porque desafortunadamente ésta no será gratuita ni tampoco perecedera.
Oaxaca volverá a su cara de siempre, una vez que los congresistas internacionales se vayan de Oaxaca.
Oaxaca de Juárez, Oax., jueves 21 de noviembre de 2103
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