EXPRESIONES.- Por lo visto a nuestro gobernante, Gabino Cué Monteagudo, le gusta Oaxaca tal como está.
Un Oaxaca pobre y convulso, sin paz social, con rezagos ancestrales, con componendas políticas para mantener la gobernabilidad, con esa falsa tolerancia que no es más que complicidad para pagar las cuotas de poder.
O usted, apreciado lector, ¿Cómo interpreta esta comunión entre su Gobernador y la sociedad que lo contempla?
Ante los “azotones y gritos” que un puñado de inconformes daban en el portón principal del Palacio de Gobierno, lugar donde se desarrollaba el acto protocolario de la clausura del XII Congreso de la Ciudades Patrimonio Mundial, el Gobernador Gabino Cué, improvisó un discurso muy especial:
“Oaxaca es un estado que vibra incluso en sus puertas. Es una veintena de personas; la protesta forma parte de la vida democrática de Oaxaca y de un gobierno distinto y tolerante. Oaxaca es un estado vivo. Las organizaciones que tocan la puerta son consecuencia del movimiento de 2006, su consigna de lucha deriva de un operativo policiaco muy lamentable ocurrido en ese año, el desalojo fallido del plantón de maestros del zócalo y las calles aledañas que desembocó en la crisis social más grande que ha tenido Oaxaca. La cual constituyó el parteaguas en la transición democrática de Oaxaca que dio pie a este gobierno”.
O sea, los que “tocan la puerta” son parte del movimiento que lo llevó al poder y por tanto se les tolera, como “niños maleducados” que pronto se les pasará el berrinche, obvio, con un buen dulce ($).
Ante tal confesión no nos queda más que sentarnos a ver pasar los otros tres años que nos quedan porque las cosas seguirán igual.
Un Oaxaca que vibra, pero que arrulla a este gobierno, que dejando hacer se complace como buen gobierno y así trata de convencer a propios y a extraños.
Vibren pues oaxaqueños, al compás del gobierno del cambio.
Oaxaca de Juárez, Oax., lunes 25 de noviembre/2013
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