La ciudad y sus personajes
Esta columna está dedicada a los arlequines, cantantes, escritores, escenógrafos, mimos, bailarines, tramoyeros, músicos y otros tantos olvidados de las artes escénicas.
Estimado Lector:
Te comparto mi obra “La Tragedia”. Esta obra está realizada en la técnica de pastel sobre papel y pertenece a mi serie “La Ciudad y sus Personajes”, pero con una línea dirigida a los seres que enaltecen al teatro.
El teatro es un espectáculo que ha acompañado a la civilización humana desde tiempos inmemoriales. Esta palabra procede del griego theatrón (θέατρον), lo cual podría traducirse como: “lugar para la contemplación”.
Su nacimiento se pierde en el inicio de los tiempos y su origen lo encontramos en las primitivas ceremonias relacionadas con la caza y el misticismo del hombre prehistórico. Sin embargo, se considera que fue en la Antigua Grecia donde se gestó esta manifestación artística como tal, a través de la escenificación de la vida de los dioses con música, canto y danza.
En la Grecia Clásica estas representaciones evolucionaron y aparecieron dos modelos de teatro: la comedia y la tragedia y autores como Sófocles y Esquilo, comenzaron a escribir historias más complejas que requirieron de más actores en escena y espacios más grandes para su realización
Por este motivo, se construyeron grandes foros, que incluso aún hoy en día podemos disfrutar como, por ejemplo: el Odeón de Herodes Atticus o el gran teatro antiguo de Epidauro, en el santuario de Asclepio; entre otros muchos más.
En nuestro país, contamos con 163 teatros registrados por el Sistema de Información Cultural y con una amplia tradición teatral, particularmente en la Ciudad de México.
Sin embargo, esta actividad afronta estos días grandes retos para su subsistencia. Particularmente, a partir de la Pandemia de Covid-19, que seguimos sufriendo a nivel global y que le obligará a tener que renovarse en muchos sentidos para sobrevivir.
Es mi más ferviente anhelo que esta situación mejore en los meses y años venideros y que, como en antaño, podamos volver a disfrutar sin temores de las representaciones de tragedias antiguas, de intrigas y secretos; pero también, de esos finales felices a través de sus musicales que nos llenen de sentimientos positivos, de esperanza y fe en la humanidad.
Mientras esto sucede querido Lector, les invito a apoyar a la comunidad de las artes escénicas acudiendo a sus representaciones, consumiendo sus productos, pero sobre todo revalorando su trabajo y aportación a la cultura universal.
Rodrigo Aridjis
Nace en Contepec, Michoacán, en el seno de una familia ligada a las artes. Desde muy pequeño su madre, maestra y paisajista reconocida en su medio, lo inicia en el gusto por la pintura. Su obra se enmarca en la tendencia del arte figurativo. Sin embargo, no puede delimitarse en escuela o corriente alguna, ya que sus pinturas se orientan por la realidad, pero no la plasman.
Colaborador desde el 13 de diciembre de 2021.