Utopía
Sin el menor ápice de duda suena demasiado fuerte la acusación parlamentaria, política e ideológica, en vías de convertirse en carpeta de investigación en la Fiscalía General de la República, de acuerdo al anuncio hecho por Mario Delgado, presidente de Morena, en contra de 225 diputados que votaron en contra de la reforma constitucional en materia eléctrica (17-IV-22), plenaria que rompió récord de audiencia del Canal del Congreso y en redes sociales. Y más todavía si está en todos lados como enunciado que millones de mexicanos hacen propio en calles, redes, medios convencionales y alternativos, más lo que se acumule.
Tan es así que raudas Adriana Favela, Claudia Zavala y Ciro Murayama “ordenaron” a Morena y su presidente que “en un plazo de tres horas retiren de Twitter y de otros espacios electrónicos “o de prensa impresa” los mensajes relacionados con el tema. El trío del Consejo General forma la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral. Y procedieron como burócratas que “ordenan” sin reparar que no son agentes del Ministerio Público y menos jueces, tampoco se percataron que es imposible “retirar de la prensa impresa” nada, porque sería preciso quemarla, como exigió Francisco Martín Moreno hacerlo con los de Morena, pero “en leña verde y en el Zócalo”.
Aparte de los usos impropios y abusos retóricos con el vocablo muy fuerte de “traición” y no digamos combinado con la matria, el tema es complejo y tiene varias aristas, pero lo sustenta el Derecho mexicano que en el artículo 123 del Código Penal Federal establece cómo y cuándo se comete traición a la patria. Por ejemplo, la fracción primera señala que cuando se realicen actos contra la independencia, la soberanía o integridad de la nación mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero.
Y para acabarla de amolar lo previó el primer priista del país, Adolfo López Mateos, cuando nacionalizó la industria eléctrica, en septiembre de 1960, al advertir sobre “traidores a la patria”. Los diputados que el pasado día 17 reconfirmaron la validez y actualidad de la advertencia del ilustre López Mateos –presidente de México que también reprimió en forma brutal y masiva a ferrocarrileros, telegrafistas, maestros y médicos en movimiento; además de que mandó asesinar a los comunistas Rubén Jaramillo, su esposa Epifania y sus hijos Enrique, Filemón y Ricardo–, fueron sumamente descuidados al no argumentar por qué optaron por respaldar los intereses de corporativos extranjeros, la muy voraz Iberdrola en primer lugar, e incluso altaneros al concentrar todos sus ataques, que no argumentos o sofismas, en la persona del presidente Andrés Manuel, la Cuarta Transformación y Morena. Además, festejaron ruidosamente su hazaña al “derrotar por primera vez al presidente”. No, opositores de la inmediatez y aún carentes de propuesta, no derrotaron a López Obrador. Derrotaron a los intereses nacionales.
Mas para su desgracia no contemplaron que el rechazo de la Suprema Corte a declarar inconstitucional la Ley de la Industria Eléctrica dotó de los instrumentos jurídicos indispensables para fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad y frenar el saqueo por las trasnacionales. Y en política los errores se pagan, con todo y el auxilio que les brinda el Consejo General del INE que en un desplante autoritario se dispone a “prohibir” una página electrónica y niega el uso de la palabra al representante de Morena.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.