Utopía
Con independencia de a quien asista la razón jurídica y política de la invalidación por motivos “procedimentales” a cargo de nueve ministros de la Corte de la primera parte del llamado plan B de la reforma electoral, presentado y aprobado en el Congreso por los legisladores de la Cuarta Transformación, y el rechazo de las oposiciones partidistas, se puede afirmar que el primer círculo del Poder Judicial no previó que sería exhibido como la casta de los más favorecidos del viejo régimen y en alguna medida del que está en construcción, en tanto que aún no puede limitar los tremendos excesos y presuntas o reales ilegalidades de los jueces de élite.
Y sobre todo que desatarían reacciones en la opinión pública y publicada, también en los subestimados de casi siempre, esos que ahora son reivindicados más allá del discurso, en la práctica política. Allí gozan o padecen de mínima credibilidad y hasta la nombran distinto, la Suprema Corta, porque la justicia todavía tiene precio y es muy alto, desde la cúspide hasta la base del Poder Judicial que, al decir del presidente Andrés Manuel, está podrido.
Fue el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, quien en la Comisión Permanente colocó los puntos sobre las íes, les recordó que los ministros que avalaron tal resolución podrían ser citados a comparecer e incluso ser sometidos a juicio político. También que el Poder Legislativo tiene facultades de control parlamentario sobre los ministros de la Corte, “lo que sucede es que no las hemos ejercido”, además lamentó la actitud triunfalista de los opositores que “aplaudieron como focas esa resolución del máximo tribunal en la que asumió facultades del Congreso”. ¡La Corte no se toca!, gritó el coordinador de los contados senadores priistas, mismo al que la periodista Manú Dornbierer presenta como colaborador de narcotraficantes cuando gobernó Acapulco, Guerrero.
El zacatecano senador –con doctorado en Derecho constitucional y administrativo– también fue el primero en denunciar algunos de los 40 beneficios excesivos de la casta de privilegiados: sueldo de 300 mil pesos mensuales, aguinaldo de 600 mil pesos, prima vacacional de 100 mil. Cada ministro recibe 80 mil pesos al mes para comer en restaurantes, pese a contar con un comedor especial en la Corte. Y 5.5 millones de pesos para el pago de personal a su cargo. Tienen dos Suburban blindadas, que valen 6 millones de pesos, vehículos que se renuevan cada año y con los que se pueden quedar al retirarse. Pago por riesgo de más de 640 mil pesos anuales, pago por gasolina de 22 mil pesos al mes, seguros para sus autos y casas, atención especial para todo trámite.
Sin embargo, algunos de sus compañeros de partido pero no de preferencia para junio de 2024, le regatean la evidente corrección de rumbo a Monreal, después de que llegó al extremo de votar en contra de dos iniciativas de Morena en el Senado. Pero algo sucedió en la reunión de los senadores con López Obrador el 28 de abril, a la que asistieron los cuatro aspirantes presidenciales de Morena, en el caso de Monreal fue su primer encuentro con AMLO dos años después y donde predominó la convocatoria del tabasqueño a la unidad. Más tarde vendría el “No traicionaré al presidente”, por parte del doctor que el día previo fue rebasado por sus compañeros como coordinador parlamentario y él lo reconoció sin aspavientos.
Con todo, lo principal es que se abre paso en el debate la propuesta presidencial para que ministros y magistrados sean electos por el pueblo, tal y como sucedía en la República restaurada, y dejen de ser un resultado de negociaciones políticas.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.
Las opiniones expresadas por los columnistas en sus artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y pueden no representar la postura o línea editorial de PressLibre. Sin embargo, como medio periodístico respetamos su derecho a la libertad de expresión.