EXPRESIONES.- Los diputados de la LXII Legislatura del Estado que integran la comisión de Educación, al parecer encontraron la piedra filosofal o el santo grial de la problemática educativa en Oaxaca.
Según ellos, no se trata de elevar la calidad educativa ni de mejorar nuestra infraestructura académica o de modernizar los métodos de enseñanza, sino de lograr la estabilidad política y social de Oaxaca.
“Por la estabilidad de Oaxaca”, dijeron, algo así como “Por mi raza hablará el espíritu”, apotegma universitario de la creación del insigne oaxaqueño José Vasconcelos, quien de esa forma evocaba a la raza cósmica de México.
Los diputados locales encontraron la justificación o el pretexto perfecto. Se les llenó la boca para explicar el por qué dejarán pasar una nueva Ley Educativa en Oaxaca, acorde con los intereses de la Sección 22 de la CNTE y a la subordinación explicita del Ejecutivo estatal.
Les valió un soberano cacahuate el pésimo nivel educativo de más de un millón de educandos, sólo utilizan nuestro rezago y marginación y la cantidad de etnias que conforman nuestro Estado como justificación para mantener su coto de poder y seguir mangoneando el presupuesto educativo.
Tanto el Ejecutivo como el Legislativo han demostrado con ello su subordinación a la Sección 22, y aunque el desacato a la Reforma Educativa Federal suspenderá toda clase de apoyos al Estado, lo importante para ellos es mantener la estabilidad política y social en Oaxaca, aunque estén cometiendo el mayor crimen que se puede cometer contra una sociedad como la nuestra.
Negar la educación de las nuevas generaciones oaxaqueñas es un crimen de lesa humanidad que caerá sobre los hombros de los tres niveles de gobierno y del que tendrán que ser enjuiciados, tarde o temprano.
No se puede seguir avalando los caprichos de la Sección 22 en detrimento del presente y el futuro de los niños y niñas oaxaqueños.
Oaxaca de Juárez, Oaxaca, domingo 16 de marzo de 2014
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