OAXACA, OAX., abril 1.- Un muerto, Saúl de los Santos Torres, de 73 años de edad, varios lesionados por pedradas, un mototaxi incendiado y algunos detenidos, es el saldo de un enfrentamiento ocurrido en inmediaciones de la agencia municipal de Dolores entre choferes y propietarios agrupados en el Frente Popular Revolucionario (FPR) contra los de la Confederación Nacional de la Productividad (CNP).
La batalla campal tiene su antecedente en la disputa de rutas y del pasaje, pero inició la tarde de este martes 1 de abril de 2014 cuando un mototaxista de los conocidos como “Los rosas”, integrante del FPR, fue interceptado por sus rivales de la CNP –los “Amarillos”– en la calle principal de Dolores, a un costado de la galera.
Los de la CNP, ligados al Partido Revolucionario Institucional (PRI), decomisaron la unidad y tras un intercambio de insultos le prendieron fuego, mientras el chofer del FPR, vinculado a las organizaciones que formaron la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), fue por refuerzos.
Cuando los del FPR intentaron recuperar el mototaxi inició el enfrentamiento. Al ver que “Los rosas” eran pocos, los integrantes de la CNP los siguieron a golpes y pedradas.
A sus 73 años de edad, Saúl de los Santos Torres corría para tratar de refugiarse, pero al llegar a la calle Ejército Mexicano fue alcanzado por una pedrada que le impactó en la cabeza y lo dejó inconsciente.
Superiores en número, los “Amarillos” continuaron con las pedradas y lesionando a más rivales. Cuando vieron correr la sangre emprendieron la huida, mientras comenzaban a llegar a la zona del enfrentamiento elementos de la Policía Municipal.
Los uniformados alcanzaron a detener a tres personas que son señalados de participar en la agresión.
Paramédicos de la Unidad Estatal de Protección Civil (UEPC) intentaron reanimar a don Saúl de los Santos, pero sus signos vitales ya no respondieron. Había perdido la vida.
También llegó un Agente del Ministerio Público y peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) para iniciar las investigaciones correspondientes.
Todo había terminado. Las autoridades autorizaron levantar el cuerpo del anciano caído en la batalla campal para llevarlo al anfiteatro de la ciudad a practicarle la necropsia de ley y luego entregarlo a sus familiares, que ya le habían prendido una veladora y cubierto con un manto azul.