Utopía
Es plausible, sin duda, que después de poco más de tres años de interrumpir sus encuentros, el presidente Andrés Manuel volvió a reunirse con dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación para retomar la agenda que se suspendió en diciembre de 2020. De acuerdo con diversas fuentes y voceros, entre las demandas de la CNTE destacan la “cancelación definitiva de la reforma educativa de Enrique Peña, la reinstalación de 171 maestros cesados y terminar el régimen laboral de excepción en que está el magisterio”.
Al parecer la reunión de la dirigencia de la CNTE con López Obrador se efectuó en buenos términos, hubo señalamientos entre las partes, pero acordaron que trabajarán dos semanas en la revisión de la agenda que entregaron los líderes para una nueva reunión el 15 de abril, cuando nuevamente se reunirán con AMLO. El dirigente de la sección IX de la CNTE, Pedro Hernández, anticipó que mantendrán el paro nacional de 24 horas ya programado para esa fecha en “todo el país”, dice. Por cierto, pareciera que para La Jornada, el buen maestro Hernández es el único declarante que existe en el magisterio disidente.
Sin embargo, las partes del diálogo realizado en Palacio Nacional no se ahorraron explicaciones, así sean toscas, sobre por qué fue suspendido un diálogo muy necesario entre las autoridades y la organización que pretende con poco éxito condensar buena parte de la conflictividad social. Hubo desencuentros, les planteó Obrador; se “privilegió la interlocución con lo peor del sindicalismo magisterial”, el SNTE, adujo la Comisión Nacional Única de Negociación de la CNTE, misma que se abroga el derecho de incluir en su pliego petitorio demandas que rebasan sus estrechos márgenes casi 45 años después de fundada. Otras que implican reformas constitucionales que obligan a poseer mayoría calificada en el Congreso con la que no se cuenta hoy, establecerle límites al partido Morena en sus postulaciones a cargos de elección popular, como es el caso de Alfonso Cepeda, candidato a senador por la vía plurinominal.
Sólo que cuando la CNTE llegó a contar con 50 diputados federales en la bancada de Morena, de 2018 a 20021, de acuerdo con asesores del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, no había gran queja sobre “lo peor del sindicalismo”.
La Comisión Nacional Única de Negociación incluyó en su pliego petitorio y Hernández pretende justificarlo, pedir a Obrador “no utilizar los espacios públicos (conferencias mañaneras y actos políticos) para manifestar a la población que todos los problemas del magisterio nacional están resueltos”. El presidente Andrés Manuel puede estar equivocado en su visión del estado que guardan los notables avances y claros pendientes con los trabajadores que se identifica con la CNTE.
Valga la insistencia, puede estar equivocado el tabasqueño de Tepetitán (Macuspana), mas no se registra una visión tan triunfalista en el discurso presidencial, como la de que ¡“todos los problemas del magisterio nacional están resueltos”! Vamos, ni siquiera Enrique Peña y Aurelio Nuño se atrevieron a tanto. Pero a lo que no tienen derecho los líderes de la CNTE es a coartar la libertad de expresión, el derecho de réplica de AMLO ante lo mucho que dice la dirigencia magisterial y con frecuente desparpajo. Como bien les recordó el presidente López Obrador al citar al filósofo François-Marie Arouet, mejor conocido como Voltaire, con la indispensable frase-compromiso: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.
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