OAXACA, OAX., abril 19.- Bajo la dirección del arzobispo de Oaxaca, José Luis Chávez Botello, y el presbítero del templo de La Preciosa Sangre de Cristo, Lorenzo Fanelli Dellido, la tarde-noche de este viernes santo se llevó a cabo la 28 representación de la “Procesión del Silencio”, para manifestar el pésame a la Virgen María por la muerte de su hijo Jesús de Nazareth.

Sobre las céntricas calles de Macedonio Alcalá, Hidalgo, García Vigil y la Alameda de León pasaron cargando, una a una, las imágenes religiosas del Templo de la Sangre de Cristo, así como los estandartes y cruces que dan forma a una de las más emblemáticas tradiciones de la capital oaxaqueña.

Decenas de devotos y penitentes caminaron descalzos y encapuchados, portando su propia cruz de madera, en señal de duelo y arrepentimiento.

Todos en silencio eran observados por miles de personas que se dieron cita en las calles del centro de la Ciudad de Oaxaca.

Adelante iba el estandarte del Templo de la Sangre de Cristo, los apóstoles y la Cruz de Carabaca, dorada de doble brazo; enseguida, avanzaba la “Cofradía de las damas de la Virgen de Dolores”, pertenecientes al templo del Patrocinio.

Al recorrido se integraron los estandartes del Santísimo Rosario, de la Arquidiócesis de Antequera, mismos que van adornados con relicarios hechos en oro y plata de incalculable valor religioso y económico.

La procesión culminó con el paso de la imagen del Cristo crucificado, que es adorada en el templo de la Sangre de Cristo, Nuestra Señora de la Soledad y El Señor del Santo Entierro, de la iglesia de San Felipe Neri.