EXPRESIONES.- La “amenaza de muerte” que un ciudadano oaxaqueño propinó al gobernador del Estado, Gabino Cué Monteagudo, y al líder de la Sección 22 de la CNTE, Rubén Núñez Ginés, a través de un programa radiofónico, no es un hecho menor ni para soslayarlo, como ya lo hizo el Mandatario estatal ante reporteros que lo inquirieron.
Como tampoco es un hecho para rasgarse las vestiduras en contra de la libertad de expresión y de los medios de comunicación que ahora sufrirán protocolos más severos para acceder al Ejecutivo estatal.
La Secretaría de Seguridad Pública y la Procuraduría General de Justicia del Estado ya tomaron cartas en el asunto y han reforzado más la seguridad del Gobernador, hecho que se notó en la audiencia pública más reciente y en los anuncios que ya vertió Alberto Esteva Salinas, responsable de la seguridad estatal, inhibiendo de buenas a primeras el funcionamiento de los programas radiofónicos de denuncia y el control de los reporteros que cubren la fuente de gobierno.
El amenazar públicamente a un Mandatario es un acto de desesperación comprensible, ya que por no poder acceder una ambulancia a recoger a un enfermo, por los bloqueos de la Sección 22 del Magisterio, éste falleció, por lo que el ciudadano que utilizó la radio para trasmitir su mensaje tendría motivos suficientes como para que la amenaza sea considerada con seriedad y responsabilidad.
No justifico en nada la amenaza vertida, como tampoco es justificable la negligencia y contubernio con que se ha manejado el dilema magisterial por parte del Gobierno del Estado y de los líderes de la Sección 22.
Ambos deben darse cuenta que el movimiento magisterial ya llegó a su nivel de incompetencia y cualquier acto que desarrollen, en estos momentos, genera reacciones cada vez más violentas, de hartazgo social plenamente justificado, porque los métodos de movilización del Magisterio oaxaqueño se han excedido y afectan severamente a la ciudadanía, como también la actitud pusilánime y de complicidad de la administración estatal para mantener la gobernabilidad y sus intereses políticos-partidistas.
El gobierno debe analizar y sopesar bien este hecho y no reaccionar poniendo más trabas a la actividad informativa, que gracias a ella se pudo conocer un sentimiento ciudadano real, que encuera la desfavorable actuación de éste gobierno, pero que también le da la oportunidad de enmendarlo.
Oaxaca de Juárez, Oaxaca, lunes 2 de junio de 2014
rampuga@prodigy.net.mx confusiopuga@hotmail.com
