SAN MARTIN PERAS, Oaxaca., junio 27.- Tres deportistas regresaban a su comunidad de San Martín Peras luego de ganar un partido de fútbol en la agencia de San Juan del Río, lugar donde sostuvieron una acalorada discusión por el marcador final, siendo acribillados más tarde a bordo de un vehículo Tsuru de color gris y sin placas de circulación, cuando retornaban a su municipio que se ubica en la región Mixteca.
Los hechos sucedieron el pasado 24 de junio antes de la madrugada, cuando Jobito Torralba Cruz, de 33 años de edad, Fidel Rivera Flores, de 35 años, y Delfino Méndez López, de 33 años, originarios de San Martín Peras, regresaban a su población después de jugar un partido de fútbol con el equipo de la comunidad San Juan del Río.
Al finalizar el partido, Iván Flores Flores, propietario del equipo de la población de San Juan del Río, al ver que su equipo perdió, comenzó a discutir con Jobito, Fidel y Delfino acusándolos de jugar sucio, por lo que éstos al darse cuenta que los ánimos se calentaban, decidieron retirarse del lugar.
Los tres deportistas subieron a su unidad de motor, pero enseguida se dieron cuenta que Iván Flores Flores los venía siguiendo en una camioneta Ford, quien logró alcanzarlos después de una persecución en la calle Morelos esquina con la vía Nacional, a 500 metros del palacio municipal de San Martín Peras, lugar donde les disparó en repetidas ocasiones, por lo que en segundos perdieron la vida por los disparos recibidos.
Después de acribillarlos, Iván Flores Flores y su padre Fidel Flores Salazar, emprendieron la huida abordo de su camioneta, dejando a Rodrigo y Fidel en el lugar de los hechos, los cuales son hermanos del homicida, por lo que al salir los vecinos y la autoridad municipal para ver qué es lo que había sucedido, fueron detenidos y llevados a la cárcel de la agencia municipal.
Ante ello, el Ministerio Público se apersonó en el lugar del crimen, acompañado de peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), quienes levantaron los trece casquillos percutidos de nueve milímetros; posteriormente, ordenaron el levantamiento de los tres cuerpos sin vida y su traslado al anfiteatro de la Ciudad para la necropsia de ley.