OAXACA, OAX., agosto 4.- De cinco balazos calibre nueve milímetros y frente a sus hijos, ejecutaron la mañana de este lunes en la ciudad de Miahuatlán de Porfirio Díaz al comerciante Cuauhtémoc Aragón Figueroa, de 39 años de edad.
Dos sicarios llegaron al baratillo de Miahuatlán, donde Cuauhtémoc desayunaba con sus dos hijos, y cuando éste los descubrió y trató de huir le asestaron cuatro disparos por la espalda y una más en la cabeza a la manera de tiro de gracia.
Los dos hombres guardaron sus pistolas y frente a las personas subieron a un vehículo rojo en marcha, donde los esperaba un tercero, y emprendieron la huida sin que nadie interviniera.
Aragón Figueroa salió la mañana de este lunes de su domicilio ubicado en la calle Álamos esquina con Naranjos del Barrio de Arriba, en Miahuatlán, en compañía de sus dos hijos.
En el baratillo, el comerciante y sus dos hijos se sentaron a desayunar en el puesto donde lo hacían cada semana, para luego realizar sus actividades.
A los pocos minutos llegaron al lugar los ocupantes de un automóvil rojo, de donde se bajaron dos hombres y otro se quedó esperándolos al volante de la unidad en marcha.
Los sicarios caminaron entre las personas que realizaban su vendimia, se acercaron al comerciante y sin más sacaron sus pistolas, tipo escuadra, cortaron cartucho y se dispusieron a abrir fuego.
Al verlos, Aragón Figueroa se levantó y empezó a correr, pero entonces sonaron los disparos, a quemarropa, pegándole cuatro balazos en la espalda y uno más en la cabeza. El hombre cayó muerto encima de una bicicleta tipo triciclo.
Los asesinos dejaron tendida a su víctima en un charco de sangre, abordaron el vehículo rojo que los esperaba encendido y huyeron. Nadie hizo ni dijo nada; sólo se asombraron al ver el cuerpo de un hombre muerto.
Los hijos del comerciante tampoco pudieron hacer nada. Sólo se quedaron al lado del cuerpo, llorando, en espera de las autoridades.
Después de media hora llegaron elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) y de la Policía Estatal (PE), quienes se limitaron a tomar notas y fotografías y a pedir más datos a sus hijos; acordonaron el lugar en espera de los peritos.
Luego, el Agente del Ministerio Público realizó las diligencias correspondientes, acompañado de peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), quienes en el lugar levantaron los casquillos percutidos de calibre nueve milímetros.
Al término de las diligencias, el MP autorizó el levantamiento del cadáver y su traslado al anfiteatro de la Ciudad de Oaxaca para la práctica de la necropsia de ley, en espera de que sus familiares reclamen el cuerpo.
