OAXACA, OAX., septiembre 17.- La depresión es una de las enfermedades que actualmente afecta más a la población, y se estima que en un futuro sea la segunda causa de discapacidad, solo después de las enfermedades cardiovasculares.
Este padecimiento se manifiesta por un cambio en el estado de ánimo, tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa, falta de autoestima, sensación de cansancio, falta de concentración, así como trastornos de sueño o apetito.
Jaime Ernesto Vargas Mendoza, psicólogo del Hospital General de Zona 1 del IMSS, refiere que la depresión llega a afectar el desempeño laboral, escolar, así como las relaciones familiares y sociales. Cuando es leve, se puede tratar sin necesidad de medicamentos, pero cuando es considerada moderada o grave se necesita terapia profesional y medicamentos.
Puesto que la dieta influye en la manera cómo nos sentimos, la Nutricionista del IMSS MÓnica López Moreno, advierte sobre los alimentos que nos pueden conducir a la depresión, por lo que exhorta a ser más cuidadosos y tratar de evítalos en lo posible, ya que estos provocan respuestas adictivas en el cerebro, tal como sucede cuando se consumen drogas y tabaco, debido a que contienen saborizantes, conservadores y aditivos con efectos nocivos para la salud.
Por ejemplo, los endulzantes artificiales, producen depresión del sistema nervioso, ya que frenan la producción de serotonina y dopamina, causando así ataques de ansiedad. Los alimentos procesados, como las carnes, embutidos, chocolate y postres azucarados, contienen sustancias químicas nocivas que favorecen la aparición de enfermedades cardiovasculares e inflamación.
Las comidas fritas son grasas saturadas que contribuyen a desarrollar conductas depresivas, por las reacciones químicas que se producen en el cerebro, y su consumo en exceso aumentan la producción de moléculas como la citonina, la cual puede reducir la producción de serotonina, encargada de generar un estado de bienestar.
Los cereales refinados, lácteos altos en grasa, refrescos y bebidas con alcohol, consumidos con abuso estos productos interfieren con los receptores del sistema nervioso y resultan dañinos para nuestro organismo.
Estos alimentos, aunado al estrés que vivimos a diario, son factores que favorecen el desarrollo de la depresión; sin embargo es posible prevenirla a través de efectuar ejercicio; realizar actividades recreativas y al mantener una alimentación saludable, lo ideal es consumir más frutas, vegetales y pescado, a fin de contrarrestar los síntomas.
Es necesario llevar una dieta sana, evitar alimentos con altos contenidos de grasas y azúcares refinados y hacer ejercicio, puntualizó la Nutricionista del IMSS.