SAN RAYMUNDO Jalpan, Oaxaca, diciembre 5.- Luego de tres semanas de parálisis por estar entrampados en sus disputas políticas y económicas, diputados y diputadas de las fracciones mayoritarias del PRI, PRD y PAN volvieron este jueves 4 de diciebre al ring legislativo para culparse de la corrupción, inseguridad, crisis e inestabilidad que viven Oaxaca y el país entero.
Al celebrar en tribuna el anuncio del presidente Enrique Peña Nieto, de destinar recursos al sur-sureste (Oaxaca, Guerrero y Chiapas) como medida para amainar el descontento social y atraso en materia de infraestructura, la priista Martha Alicia Escamilla León desató los demonios sueltos.
Pese a la maratónica sesión que inició a las 04:00 de la tarde, con cinco horas de retraso, y concluyó ya entrada la noche para desahogar 40 puntos agendados en la orden del día, el cansancio no los doblegó. Tenían que desahogarse, decirse lo suyo.
Escamilla León, empresaria del “pulpo camionero” urbano, enlistó las propuesta legislativas de Peña Nieto para combatir la corrupción, el establecimiento de protocolos y procedimientos para que en casos de tortura, desaparición forzada y ejecución extrajudicial, las investigaciones sean “oportunas, exhaustivas e imparciales”.
Igualmente, la reparación integral a las violaciones de derechos humanos mediante un fondo especial, el sistema nacional de búsqueda de personas no localizadas y de información genética, así como el registro nacional de víctimas.
Y hasta convocó a las fuerzas políticas y a todos los niveles de gobierno a trabajar con su jefe político, Enrique Peña Nieto.
Puesto el tema, subió a tribuna el perredista Jesús López Rodríguez, presidente de la Comisión Permanente de Educación que no ha sacado la reforma educativa, para recordar cual militante de las tribus amarillas que el país atraviesa por una crisis nacional, y reprochar “la impunidad con la que se han manejado los gobiernos de los tres niveles de todos los partidos políticos” (sic).
Sin embargo, el ex dirigente del Frente Amplio de Lucha Popular (FALP), que renunció para fundar otra organización, argumentó que “todo es consecuencia de la llegada del presidente Enrique Peña Nieto al Poder Ejecutivo federal”.
Dijo sin ton ni son: “Enrique Peña Nieto echó a andar las reformas estructurales sin el consenso del pueblo de México; hoy se padecen las consecuencias y todavía la Casa Blanca de la pareja presidencial”.
Aseguró que hay algo que lastima más a los mexicanos en medio de la crisis que viven millones de familias, “porque tienen que cargar con una casa que vale 86 millones de pesos; la famosa Casa Blanca que muchos no quieren ver”.
El legislador perredista pidió a Peña Nieto “ser más austero y actuar con humildad y no engañar a los mexicanos”. Y a la ciudadanía, “no cerrar los ojos ante la impunidad y corrupción que padece el país y que se agravó con el regreso del PRI al gobierno federal”, además de exigir “justicia para los 43 normalistas desaparecidos del estado de Guerrero”.
Concluyó desde el atril: “Hay una crisis en el país y no podemos cerrar los ojos ante ello y en todos los niveles de gobierno”.
En defensa de su jefe político, el presidente Peña Nieto, intervino la diputada María Luisa Matus Fuentes, recién vuelta a la vicepresidencia de la Mesa Directiva de la LXII Legislatura, luego de ser echada por la coalición PRD-PAN-PT.
La priista recordó puntillosa que quien puso al hoy ex gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, y alcalde de Iguala, José Luis Abarca, fueron los perredistas.
Entonces asestó: “Por qué no les reclaman a ellos dónde están los normalistas de Ayotzinapa. No confundan a la población”, exigió.
También cuestionó la doble moral de los diputados del partido del sol azteca. “Ven la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio, porque quieren confundir a la opinión pública y eso el PRI no lo va permitir”.
Siguió Matus Fuentes. “Quienes pusieron a José Luis Abarca fueron ustedes los del PRD. No lucren con el dolor de las familias de los 43 normalistas. Sean responsables y no fanáticos. Justicia sí, con la razón. No incitando a las masas a delinquir, porque es imperdonable incitar a la violencia y mentir cuando saben quiénes son los culpables y protejan a los violentos y asesinos. Ahora resulta que tienen amnesia”.
Más aún: “Ustedes se los llevaron, ustedes entréguenlos”, remató desde la tribuna.
Luego le entró su homóloga Lilia Mendoza Cruz, quien fue más puntillosa y exhibió en las pantallas del recinto legislativo la imagen del ex candidato presidencial del PRD, Andrés Manuel López Obrador, con José Luis Abarca en campaña electoral.
Por ello, demandó a los opositores de Peña Nieto ser congruentes, y les recordó que “una lucha social no se gana con violencia”, pues se trata de una batalla ideológica que debe traer igualdad para todos, no solo para unos cuantos, y sin violencia.
“Le reconozco al PRD que tiene la mejor estrategia de medios para desinformar el pueblo de México y al pueblo de Oaxaca”, asestó mientras señalaba con su índice la imagen de López Obrador, a quien bautizó como “el caudillo de la convulsión que padece el país”.
Asimismo, exigió reflexión a los diputados de PRD con esta sentencia: “Hay intereses nefastos y quieren hacer creer que hay inestabilidad. Les recuerdo que el odio crea odio y la violencia crea violencia”.
Al paso de la andanada de obuses priistas salió el perredista Sergio López Sánchez, quien tuvo que recordar los casos de presunta corrupción de los gobiernos priistas de Andrés Granier en Tabasco, Humberto Moreira en Coahuila y José Murat y Ulises Ruiz en Oaxaca.
“Al hablar de Abarca quizás hablan del PRI que abarca los presupuestos y los 80 años que mantuvo el poder”, atajó.
Celebró, sin embargo, que el presidente Peña Nieto anunciara recursos extraordinarios para el sur-surestes del país y se diera cuenta que Oaxaca es México en medio de la crisis social, por lo que exigió que se cumpla este compromiso.
Para cerrar, el perredista devolvió la imagen de López Obrador con Abarca con otra imagen de Peña Nieto con al mismo Abarca.
Al final subió a tribuna la panista Alejandra García Morlan, quien sin más argumentos machacó sobre los “conflictos de intereses” y presunta corrupción que privan en la administración de Peña Nieto con la llamada Casa Blanca, de su esposa Angélica Rivera.
Y sin más ideas, la panista demandó justicia para los 43 normalistas desparecidos de Ayotzinapa, Guerrero.