Cuando uno revisa la forma por demás maquiavélica con la que intentaron de nueva cuenta burlar la inteligencia de los mexicanos en el tema de la Ley anti obesidad, sólo se produce un sentimiento de frustración, indignación y coraje.
¿Qué razón puede haber para que una ley que se supone busca el bienestar de los mexicanos, fracase?
¿Quiénes permiten que se vulneren los derechos de los niños a la salud cuando estos están consagrados en la Constitución?
La respuesta es sencilla. El responsable de la Presidencia, el Secretario de Salud, los Diputados y Senadores.
México no sólo es el país con la mayor cantidad de obesos en el mundo, incluyendo niños y adultos, sino también se ha convertido en uno de los países que trasmiten la mayor cantidad de anuncios de comida chatarra en programaciones infantiles.
Publicidad a la postre engañosa y manipuladora, quienes además de ofrecer regalos para cumplir con sus objetivos utilizan personajes para generar vínculos afectivos.
Violando con ello no sólo la Constitución, sino también acuerdos de convenciones internacionales.
¿Qué hace falta para sancionar a las televisoras que promueven mentiras?, como el caso de los cereales por poner un sólo ejemplo, cuyo contenido en azúcar y sodio los hace ser sencillamente lo peor del mercado.
Sin duda se requiere de un gobierno honesto y sin compromisos con las mafias transnacionales.
Pero también se requiere hacer a un lado nuestro marasmo y valemadrismo social en temas que nos afectan a todos.
Hoy los niños obesos empiezan a pagar las consecuencias: aislamiento social, baja autoestima, estados depresivos, alteraciones en las articulaciones, alteraciones cutáneas y hemodinámicas, son sólo algunas de ellas.
Los niños obesos limitan sus capacidades físicas e intelectuales, además de los múltiples trastornos respiratorios que los acompañan, pero lo peor está por venir.
Estamos condenando al país a que en el corto plazo se tenga una sociedad enferma con jóvenes y adultos jóvenes con deterioro en su calidad de vida depresivos, maniacos, hipertensos, insatisfechos sexualmente, infartados, con obesidad mórbida, diabéticos e insuficientes renales en cada esquina.
Sociedad diezmada y frustrada con solicitudes de donación de riñones por todas partes, además de un Estado gastando millones y millones de dólares sólo para tratar de curar complicaciones que en nada beneficiaran a estos enfermos.
¿Será entonces mucho pedir que dejen los señores que desgobiernan este país sus actitudes torpes y timoratas?
¿Será mucho pedir que inicien toda una cruzada nacional para poner a nuestros niños en movimiento?
El país requiere con urgencia programas de salud en las escuelas, además de educación y acondicionamiento físico.
El país requiere retirar de los medios y de las escuelas la publicidad y los productos chatarra que a diario envenenan la mente de los niños.
Estado de derecho y justicia social para los mexicanos ó un país chatarra.
(*) Médico anestesiólogo, ex presidente municipal constitucional de Santa Cruz Xoxocotlán y ex candidato a diputado local.