MI OPINIÓN.- La nueva tanda de políticos con ideas más progresistas y menos atadas a los prejuicios y a los vicios antidemocráticos de la vieja guardia de ultra conservadores adinerados se asoma en todos los partidos políticos. Esto resulta alentador para todos los oaxaqueños, inmersos en una crisis multifactorial que a veces no se le encuentra pies ni cabeza.
El cambio de mentalidad de los políticos y de la llamada clase gobernante parece ser una luz que bien podría anunciar, sino el final del túnel, sí es señal para renovar el optimismo perdido.
Así las cosas, el mote de “levanta dedos” ya no va al menos con los legisladores que bien conectaron el dedo con la razón, la vocación de hacer bien las cosas, y dejar a tras los viejos cartabones que colocaban a los legisladores como simples marionetas de los grupos fácticos en el interior del poder legislativo Estatal y Federal.
En lo sucesivo, los legisladores progresistas podrán regresar a sus distritos sin verse obligados a esconderse para no enfrentar los reclamos del pueblo.
La nueva generación de políticos será garante de los históricos anhelos del pueblo que clama una mejor repartición del ingreso, mayor equidad en el gasto público, así como una mayor transparencia en la administración de esos recursos para recuperar la confianza en los contribuyentes que no sabemos ni en qué se gastan nuestros impuestos.
La confianza es lo que hará que la base de causantes sea mayor y los que ya pagamos impuestos lo hagamos sin regateos ni cositas chuecas.
La actitud de los legisladores oaxaqueños debe convertirse en el principio de una escuela de corresponsabilidad que impulse una nueva relación entre autoridades recaudadoras y los contribuyentes.
Una nueva relación basada en la transparencia: la equidad, la legalidad, sin abusos autoritarios ni defraudación fiscal tan común en nuestros más connotados empresarios.
Sólo así los oaxaqueños lograremos reconstruir este Oaxaca lindo que se nos derrumba entre las manos.
Quien quiera me podrá acusar de optimista e inclusive de iluso, pero se da el caso que en lo personal yo si tengo confianza en los verdaderos cambios políticos y esos cambios tienen como base el cambio de mentalidad de los actores de la vida pública de nuestro estado.
Es mi opinión. Y nada más…