LIBROS DE AYER Y HOY
En este tiempo de basura, caso obligado es mencionar el de Cuauhtémoc Gutiérrez, ex príncipe de los desechos, inefable aliado del sistema que fue purificado, mientras sus denunciantes, mujeres agredidas, reporteros de alto nivel y un programa de gran rating eran sometidos a descrédito.
Resulta menos ingrato, no obstante, hablar de los residuos propiamente dichos y advertir sobre un asunto que puede convertirse en un grave problema de salud pública.
Hay un ángulo que quizá no han tomado en cuenta las autoridades de salud y que puede ser muy peligroso.
En la normatividad y cuidado de ese aspecto de la ciudad confluyen muchas autoridades, la Secretaría del Medio Ambiente en coordinación con las Secretarías de Obras y Servicios de las delegaciones, la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial, la Secretaría de Salud, entre otras, para regular a una ciudad que produce más del once por ciento de la basura nacional con sus 12 mil toneladas diarias.
Según datos oficiales, una persona puede producir al día un kilo y medio de basura en promedio y una familia de cinco miembros, un metro cúbico al mes.
De la basura total la mitad de la cual se produce en los hogares, 60 por ciento son desechos inorgánicos y 40 por ciento orgánicos, pero en el sistema de separación de basura, el orgánico es el que causa el problema mencionado arriba.
Los concesionarios de los carros de basura, que contratan a jóvenes a los que no les dan ninguna protección –guantes, cubrebocas, etcétera–, han exigido a los ciudadanos que echen directamente a los recipientes de basura los residuos orgánicos, generando con esa medida –que no hemos visto escrita por ningún lado en alguna norma–, un grave problema de contaminación.
Los botes que contienen el residuo orgánico reciben alimentos en descomposición y heces de animales y pueden contener bacterias peligrosas que se absorben en al momento de enterar la basura.
¿Habrán tomado en cuenta esa situación las autoridades de salud o resulta que son los concesionarios los que nos dictan obligaciones a los ciudadanos?
El mismo titular de la Semarnat, José Guerra, ha dicho que el tratamiento no adecuado de los residuos puede crear serios problemas de contaminación y afectar la salud.
La Secretaría de salud, encargada de las medidas que eviten riesgos y daños en la salud de la población, tiene la obligación urgente de intervenir en el problema que estamos señalando, si se quiere evitar una epidemia.
Echar directamente la basura orgánica sin bolsas, en botes que se nutren de decenas de usuarios, es un grave riesgo para la salud.
Hay un ecologista y escritor, Carlos Padilla Massieu, que ha escrito varios libros sobre el problema y que tiene una página en la que profundiza sobre el tema. Su libro Basura, problemas y soluciones, fue escrito en 2011 y ya aborda los grandes problemas que causa la basura, contaminación atmosférica y gases con efecto invernadero entre otros.
En otra literatura que aborda el tema no sólo en México, sino en otros países, llama la atención como la iniquidad se ensaña hasta en estos detalles. Se menciona como las colonias de clase alta están siempre limpias y las pobres y de clase media baja que representan en el D.F., más del 70 por ciento, tienen una limpieza deficiente.
Cosa de los concesionarios de la basura, aunque se supone que todos pagamos impuestos y deberíamos de recibir el mismo servicio.
laislaquebrillaba@yahoo.com.mx