EXPRESIONES.- “Tengo más experiencia, pero menos vigor, porque ya estoy cansado”: AMLO; especie de epitafio de un político que en el clímax de su sapiencia política está optando por dar un rostro que no le pertenece.

El Peje de la política amorosa nada tiene que ver con el Peje inicial que cimbró toda una estructura de poder, que tuvo que emplear forzosamente toda su perversidad para bajarle sus humos democráticos.

Y si en esa primera oportunidad le faltó congruencia y reducir su aceleramiento político para lograr sus propósitos, hoy, al paso del tiempo, reconoce que tiene menos vigor para una lucha que se avista por demás sucia y encarnizada.

En estos momentos, vemos a un AMLO maniatado y envuelto en su mesianismo, que más que resurrección, representa sacrificio, una especie de autoinmolación fuera de contexto en una auténtica guerra electoral.

Por eso su desprendimiento político de decir: “Si no gano, ahora sí a la chingada”, lo cual denota que llegó al final del camino, si no por amor por fuerza, porque efectivamente el tiempo no pasa en vano.

Sólo le quedaría una luz, la de haber sembrado semilla en algún otro personaje que medie entre la impetuosidad política y la congruencia de una república amorosa que no tiene porque serla tanto.

Sobre todo, cuando la justicia en un ámbito injusto y disparejo, tiene que prevalecer sobre la corrupción, la impunidad y la simulación.

¿Entre sus discípulos habrá alguien con los tamaños suficientes para tomar la estafeta de aquel Andrés Manuel pujante, impetuoso y ahora, viejo y cansado, aunque tierno y amoroso?

De no existir, a quienes literalmente se los va a llevar la chingada, es a todo ese grupo de incongruentes MORENOS de una izquierda que quiso, tuvo, remodeló, pero que sigue sin convencer…..

Oaxaca de Juárez, Oax., viernes 17 de febrero/2012.

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