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José Terán. El Homo Macchina y el acelere en la sucesión

Libros de ayer y hoy

El que aborda el escritor José Terán en su libro Crónicas del Homo Macchina, es casi un tratado sobre el automóvil. Una de sus conclusiones es la sustitución del ser humano a través de la máquina, al grado de haber cedido a ese pedazo de lámina, como lo llama, aspectos fundamentales de su existencia. Se ha subsumido a una estructura de lata, considera.

El acelere del carro, otra forma de llamar a esa máquina, se convierte incluso en paradigmático en otras situaciones y viene al cuento la aceleración  que sostienen en los medios, de lo que puede ser la próxima sucesión presidencial.

La mayoría de las cosas se borraron de pronto para insertar el futurismo en la vida diaria al grado de que los principales problemas se han hecho de lado, para sobajar a los que ya despuntan desde ahora o elevar a los que coinciden con sus proyectos. La oportunidad la pintan calva y algunos que ni remotamente pueden aspirar, ya sentaron sus reales, al menos para que les hagan  publicidad.

Ese carro acelerado tiene como finalidad descabezar todo lo que deje la 4T y volver a lo siempre. Algo que ya todos conocemos y sufrimos. En esa búsqueda, volvemos a Terán, se advierten las futuras aplanadoras, los carros completos, los carros revolucionarios (institucionales) y desde luego, volver a evitar “el gran derrumbe” para llegar a otro tipo de lata, añadiríamos, al avión presidencial de millones de dólares.

Una máquina se fue apoderando de espacios y actividades humanas

El desplazamiento del ser humano a partir del auto, carro, máquina, automóvil entre algunos de sus nombres, se fue dando paulatinamente y ahora las ciudades funcionan a partir de la eficacia de un motor.

Las calles, las carreteras, los espacios a un lado de las banquetas, los terrenos donde se construyen estacionamientos, el espacio que se tiene y discute en las casas y departamentos, las zonas donde un retazo en la calle junto a la banqueta, es promisorio para estacionar, son por y para el carro. Y buena parte del presupuesto que se invierte en él.

Todo está lleno de carros y de su influencia y problemas, de acuerdo al escritor  sonorense. En sus interiores, dicho vehículo sustituyó a la cafetería, al restaurante, al bar, al antro, al ring, al salón de belleza, al taller, la oficina, la biblioteca, el museo, el motel, entre otros, por las actividades que se realizan en él. Y Terán le confiere la sustitución de la calaca, por los millones de muertes que ocasiona esa máquina rodante en todo el mundo, cada año.

No es ficción; es realidad, una máquina domina parte del mundo

En las Crónicas del Homo Macchina (Editorial Glifo 2011) Terán señala que el libro fue escrito a partir de sus observaciones de años en  ciudades que funcionan igual en torno al automóvil. Y delinea todo lo que lo circunda, desde sus orígenes, con un intento de Leonardo da Vinci y su posteriores seguidores que dieron en el clavo.

Se mete entonces en un libro de más de doscientas páginas, a analizar el impacto del auto en el comportamiento humano, en las reacciones que sufren personas de vida y apariencia tranquila, cuando toman una máquina como esas, sus diversas formas de actuar al convertirse en violentos, rijosos, temerarios, inhumanos, groseros, conquistadores, contaminadores, intolerantes, exhibicionistas, mataperros, fascistas, entre otras conductas que son una especie de transformación malévola que impacta el uso de la máquina.

Esas transformaciones llevan de muchas maneras a la agresión, las embestidas, los accidentes y lo que es peor a la muerte. Hay conductores suicidas a los que no les importan los demás. Terán también analiza las costumbres que creó  la permanencia cotidiana en uno de esos motores, reflejados en los adornos que ponen en sus retrovisores y que exhiben su personalidad: cuerdas de rancho, santos, anuncios, muñecos, rosarios, ángeles, banderitas, animalitos, propaganda y hasta una cervecita menuda para informar sobre su vicio.

Otro  análisis es sobre lo que hacen mientras manejan, la forma como sacan  la mano izquierda (también dibujante, delinea esas  formas). Hace mención de los traumatismos múltiples en los que caen los que abordan un carro, con las diversas clases de conductores.

Y en una  importante estadística que publica sobre el color de las máquinas que son más seguras y las más inseguras por el color que tienen y como éste se refleja, sobre todo en las noches, el más seguro sería el gris plata con solo 13 por ciento de tener un accidente contra el marrón, que tiene 70 por ciento de esas posibilidades.

Terán, un egresado renacentista, se mete al estatus del conductor

José Terán nació en Batúc Sonora y vivió un tiempo en Italia, en donde estudió en la Universidad de Florencia, Historia del Arte Renacentista. Tiene varios libros publicados de cuento, poesía, ensayo, El cazador de guachos, Rosas de roca herida, Bestias y seres imaginarios sonorenses del que hicimos una crónica, Materia de olvido y otros, uno de ellos reconocido por el INBA y otro  por la universidad de Arizona. Tiene más reconocimientos.

En el libro que ahora mencionamos Terán se adapta a un lenguaje atribuido al conductor, al rebeco del volante, al loco que se lanza a la aventura de tomar una máquina. Es  lenguaje marginal a veces,  que recuerda al que usaron José Agustín y Gustavo Sainz. Se cuelan en él, a veces, ciertas expresiones homófogas, pero es importante leer este libro, sus aportes, sus méritos y sus  influencias.

Deja a la persona, con un conocimiento amplio de una máquina, que finalmente no es sino el reflejo de un sistema económico que predispuso utilitario, el gran  valor intrínseco del ser humano. 


Teresa de Jesús Gil Gálvez

Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.

Colaboradora desde enero de 2017.


Mentirosos en exhibición. La falsedad se castiga

Libros de ayer y hoy

Un nuevo bloque semanal en la Mañanera, “Quien es Quien en las Mentiras”, se abrirá para señalar las fake news de la semana. Será un buen ejercicio para exhibir a los que han hecho de la mentira y la alteración su forma de actuar. Será la oportunidad de desmentir asimismo, rumores que hacen circular y que quedan en la mente de la ciudadanía como verdades.

¿Qué sucederá con los mentirosos? ¿Serán  expuestos o algunos caerán en  la tipificación de un delito? Es importante fijarlo. La alteración de la verdad se penaliza en las leyes a través de la falsedad. En México  la mentira estuvo presente siempre a nivel de discursos. La demagogia floreció en esos discursos que quedaron signados en letras que ahora son la mejor prueba.

Esa ínfula  oficializada había tenido como precedente una retahíla de mentiras que surgían de las promesas electorales sobre una honestidad que se diluía pasada la oratoria, en fraudes, enriquecimiento, manejo a destajo del presupuesto y el acomodo de una  clase que prevalecía sobre millones empobrecidos.

Los datos ahí están, según la Cepal, 70 millones. Para detectar las mentiras en nuestro país, no se necesita ir muy lejos. La realidad es la mejor expresión de la verdad. Y esa verdad se ve en las grandes diferencias que existen en  el país.

Millones viviendo en miserables chinames y sectores reducidos en enormes residencias. Niños que van a la escuela con huaraches o descalzos, frente a niños privilegiados, educados en los mejores colegios y ya más grandes, en  el extranjero. Pero, ¿Qué es la mentira según la Real Academia Española? :

Expresión contraria  a la verdad, a lo que se sabe, se dice o se piensa

El término mentira ha sido sujeto a disquisiciones a lo  largo de los siglos. Hay quienes  han clasificado las mentiras como San Agustín  que encontró 8 definiciones diferentes, pero concluyó que las “mentirijillas” no son mentiras. Son como las llamadas mentiras piadosas.

El religioso debería de haber profundizado en partes de su doctrina, esas que se llaman dogmas, porque son conceptos que se meten a fuerzas como verdad, sin  que haya discusión al respecto. El poeta del romanticismo Ramón de Campoamor, puso a discutir a los teóricos de la lengua con su aseveración expresada en su poema La dos linternas, de su obra Las Dolorosas, de 1846.

Y es que en el mundo traidor

nada es verdad ni mentira

todo es según el color

del cristal con que se mira

Lo aseverado se considera algo subjetivo, simplista, porque existe la evidencia de la verdad.  Según datos de la propia academia, se tilda con la Ley Campoamor a los que reniegan de resoluciones públicas o legales a través de impugnaciones, y no creen en nada porque piensan lo contrario. Esa ley les viene muy bien a todos los que critican  las decisiones tomadas por el gobierno sobre todo el sector empresarial, que se queja de la inversión en sectores vulnerables o marginados, porque según ellos ”no produce ganancia”.

La mentira en el diccionario, y la literatura y el cine de mentirosos

Pocos vocablos como mentira, tienen tantos sinónimos en los diccionarios de la lengua, como  si con su aseveración se quisiera recalcar la verdad: falsedad, engaño, embuste, artificio, chisme, quimera, ficción, mito, patraña, invención, fifa, bola, bulo, infundio, mentirón, subterfugio, arana, calumnia, conseja, embrollo, engañifa, novela, píldora, renuncio, gazapo, sofisma, fanfarronada, hablilla, treta, macana, paparrucha, camelo, trola, simulación.

En la literatura se hace una selección de las obras, algunas clásicas, en las  que se ha  abordado   la mentira o ésta ha  sido causa determinante de ellas. Señalan el Otelo de Shakespeare, las diferentes novelas picarescas, el don Juan Tenorio, tanto el de Tirso de Molina como el de José Zorrilla, el Astillero de Onnetti y Últimas tardes con Teresa de Marsé.

Faltarían muchas, sobre todo libros infantiles que sirven como mensaje didáctico  a los niños mentirosos. Lo era en grado sumo Jim  Carrey en Mentiroso, Mentiroso (Liar  Liar 1997), la película de Tom Shadyac, que presenta a un  hombre que todo lo lograba con mentiras. La crisis llegó cuando su esposa decidió dejarlo. Fue entonces que su hijo pidió un deseo, el que su padre dejara de mentir durante un día.

La película gira  en  torno a ese día, con todas las locuras de las que es capaz el actor canadiense y  como era de esperarse surgió el final feliz. Esperamos también que surja algo importante en  el  nuevo bloque de la Mañanera y la gente aprenda que mentir no solo es una falsedad lanzada al vuelo para desacreditar, sino un ataque en muchos sentidos a la democracia.


Teresa de Jesús Gil Gálvez

Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.

Colaboradora desde enero de 2017.


Nicaragua, la que quiso Sandino y a la que le cantó Darío

Libros de Ayer y Hoy

Contradictorio que mientras el rechazo al bloqueo cubano de parte de Estados Unidos haya sido apabullante en la ONU, también  lo sea por otra parte, el rechazo de la política dictatorial de Daniel Ortega en Nicaragua. Dos países, cuyos gobiernos se inscriben en la izquierda. La nueva decisión en la ONU, es un apoyo a la política del gobierno del país caribeño en tanto los que se pronuncian contra el ex guerrillero, es de rechazo.

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