MUJERES Y POLÍTICA.- La democracia mexicana no sólo es incipiente a pesar de que tiene sus añitos en construcción y por estar hecha por los humanos, es realmente imperfecta. Pero eso podría ser lo de menos.
Las múltiples irregularidades consentidas por una parte importante de votantes, pero cometidas por quienes buscaban el poder a toda costa, han dejado a la democracia con la cara y las manos sucias.
Tendremos seis años para mandar a la democracia a terapia y prometerle un futuro deferente.
En Oaxaca, Veracruz, Hidalgo, Quintana Roo, por mencionar los casos que conocí más de cerca por la prensa y socias periodistas de Diez Comunicación, la condición humana que busca el poder se impuso a los valores que deberían imperar en los procesos comiciales, desde las campañas políticas, es decir, se busca el todo por el todo y para ello se paga cualquier precio sea en moneda corriente o con lo que no tiene precio monetario.
A diferencia de Quintana Roo e Hidalgo, las coaliciones hecha por la derechaizquierda –como en Oaxaca e Hidalgo o separadas como iban en Quintana Roo– en Oaxaca la prensa pretendió estar a la altura de las circunstancias. No hubo inequidad para él desde hoy gobernador electo, Gabino Cué Monteagudo.
En cambio, Xóchitl Gálvez, en Hidalgo, y Gerardo Mora Vallejo, en Quintana Roo, denunciaron permanentemente, entre las muchas otras cosas que enfrentaron como oposición, a los gobernadores priistas de ambas entidades quienes dieron la instrucción de hacer un cerco mediático y faltar a la ética del buen periodismo que exige la narración de los hechos lo más apegado a la realidad posible.
Los en esas entidades se apegaron a la instrucción de los gobernadores, incluyendo los medios públicos como las televisoras locales (Manchita).
En Oaxaca, por el contrario, el ex coordinador de prensa de Eviel Pérez Magaña y quizá todavía de Ulises Ruiz, Raúl Castellanos, se quejó con el “jefazo” porque la televisora pública le daba juego a los candidatos Gabino Cué, Irma Piñeyro (la que tiró la toalla) y Ángeles Abad, la que llevó sin discusión alguna a un sitio importante al partido estatal Unidad Popular.
Nos enteramos, lo recordarán, por aquellas conversaciones telefónicas que ilegalmente grabó Acción Nacional, seguramente desde el aparato público, aunque Fernando Gómez Mont diga lo contrario (Una manchita más).
Es de todas y todos conocido que durante los meses de la campaña política hubo irregularidades, de las que los elefantes blancos conocidos como Institutos Estatales Electorales nada dijeron, omisos permitieron que algunos candidatos se sirvieran con la cuchara grande, cometiendo el peor de los pecados de la política: corromper a la ciudadanía mediante el intercambio de votos por “apoyos” (Más suciedad).
En Veracruz, por ejemplo, se dispuso ampliamente del dinero público, como señalaba el gobernador Fidel Herrera, “en plenitud del poder”, como él mismo se calificó en una conversación telefónica producto del espionaje que el PAN justificaba como resultado de aquello que dice que en la guerra y el amor todo se vale.
El hombre que es exhibido disponiendo de dinero para apoyar a los candidatos priistas logró su objetivo y refieren que en aquel estado hubo una histórica votación. Igualito que en Oaxaca, ¿una coincidencia? No, para nada (Huella indeleble).
En Oaxaca, en esto de los apoyos le echaron montón todos, cada quien para su lado, como en el Juego de Juan Pirulero. Incluso al momento de votar se dispuso de dinero suficiente, provocando de nueva cuenta la corrupción ciudadana, que ante sus necesidades se prestan a dar ese servicio, sin importar el daño que pudieran provocar.
Algunas personas relataron que les dieron 500 pesos por votar por el actual gobernador electo, otras lo hicieron por el candidato del PRI, pero éstos dieron sólo 200 pesos (Lamparones).
Recién me platicaba una científica que con la observación ordenada también se hace ciencia. Bastaba pues observar y hacer ciencia en el proceso electoral.
Las y los electores se metían a la casilla y casualmente salían de ella con la papeletas sin doblar, como exhibiendo que habían cumplido y de esa forma podían obtener el dinero prometido (Cardenales).
De ¿dónde salió el dinero? Bueno, descubrirlo será el trabajo que finalmente podrían hacer en el IEE, como un acto para reivindicarse por todos los años de servicio y el dinero que ganaron y que sin duda habría salido de quienes pagamos impuestos y por otro lado, podría ser tarea de la empresa que ya anunció Gabino hará una auditoría, así quizá, podríamos tener resultados.
Sí, ya sé, estoy soñando con la democracia, la transparencia y la legalidad.
Aunque, preguntando aquí y allá, las señoras de las colonias dicen que lo que más extrañaron en este proceso electoral fueron precisamente las despensas, no llegaron en Oaxaca, donde a diferencia de Veracruz no se dispuso de la buena voluntad del gobernador como habría sido en otros tiempos, así que alguien o algunos deben estar engordando su cochinito, pensando en un futuro paradisiaco o en la contratación de buenos despachos jurídicos, por aquello de las marranadas cometidas.
Así como sucedió en Hidalgo y en Quintana Roo, Oaxaca no fue la excepción se realizó una campaña para inhibir el voto ciudadano. Contra todo, el domingo 4 de julio, en los teléfonos particulares se recibieron llamadas diciendo que habría actos de violencia que no fueran a votar (más suciedad).
Al medio día de aquel domingo electoral –a veces no sé cómo le hacen para ser tan buenos investigadores– fueron detenidos 39 miembros de la organización conocida como los Pancho Villa. Grupo de choque que opera en el Distrito Federal, es decir, en el terreno de Marcelo Ebrard, pero para ser más precisos con la señora Clara Brugada.
De eso nos habíamos percatado una tarde antes cuando comía con una amiga en uno de los portales, ahí se paseaban por separado claro está, además de Ulises Ruiz y los niños verdes, dos operadoras de la delegada que desplazó aquel famoso Juanito (Cochinadota perredista).
Los que al final se sintieron traicionados fueron los priistas y la traición la habría cometido Judas Ulises Ruiz. Así se escuchó gritar a los cuatro vientos en las oficinas de concejales a algunas regidoras que sólo un día antes habrían sido capaces de desgarrarse hasta la piel por el gobernador oaxaqueño.
Y la sospecha creció como los ríos hasta desbordarse y salir de la boca del más afectado por la derrota, que ahora es el traicionado (Mancha letal).
Lo que sí es real es que a diferencia de Hidalgo y Quintana Roo, a Felipe Calderón y los apuntados como su sombra, la llamada izquierda mexicana, le echaron todos los kilos para derrotar al PRI en Oaxaca, lo que evidentemente no sucedió en aquellas entidades (Mancha imposible de quitar).
Gabino Cué ganó las elecciones y ahora está armando lo que será su gobierno en el hibrido derechaizquierda para tratar de salvar el futuro y ese será el reto, donde insisto las mujeres podrían llevarse la peor de las partes.
Para terminar me pregunto qué va a pasar con el Partido Alianza, el Partido Verde Ecologista de México y el Partido del Trabajo, que no alcanzaron a tener votos suficientes, pero que podrían seguir sangrando a la democracia mexicana.
Excepción aparte fue el candidato Jorge Círigo quien no declinó y sacó más votos que algunos de esos partidos políticos.
(*) Soledad Jarquín Edgar, Premio Nacional de Periodismo 2007 en la categoría de Noticia, Corresponsal de CIMAC (Comunicación e Información de la Mujer A.C.) en Oaxaca.