La administración de Gabino Cué Monteagudo tendrá que construir un gobierno de transición con un sello de derechos humanos, afirmó este jueves aquí el ex presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza, en conferencia magistral con motivo del ciclo “Oaxaca: diálogos por la transición”.
Ante un público numeroso e integrantes de la Comisión de Vigilancia de la Transición Gubernamental, que preside Francisco Álvarez Figueroa; la UABJO y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), el ex Ombudsman capitalino refirió que en el país ha habido varios procesos de transición y no han sido necesariamente una transición democrática, por lo que en Oaxaca hay una gran esperanza.
“El precio de la herencia e inercia en contextos autoritarios es tan grande que no basta la voluntad de una persona, por muy honesto o buena persona que sea, se necesita la participación de todos”, manifestó ante Francisco Álvarez, coordinador de la Comisión de Vigilancia; Josefina Aranda, secretaria académica de la UABJO; Virginia Acosta, del CIESAS, y del representante del gobernador electo, Alfredo de la Rosa.
Este último fue portador de un saludo del Mandatario electo a los participantes de este ciclo que se realiza del 21 de octubre al 18 de noviembre y en el que participan, además, Eduardo Bohórquez, Elio Villaseñor, Magdalena Gómez y Sara Lovera.
Al hacer uso de la palabra, el ex director del Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) recordó que Estados que han pasado de un régimen autoritario a uno democrático tienen el centro de su legitimidad en poner en el sello la gestión, el compromiso, el respeto, la educación y la promoción de los derechos humanos.
Pero en tanto los gobiernos y las sociedades construyan un nuevo pacto social fundado en el respeto a los derechos humanos, entonces se podrá generar la condición para así decir esta es una transición democrática, explicó.
“Oaxaca tiene la oportunidad de poner en su Constitución los derechos humanos y generar la institucionalidad y la política pública que hagan cumplir estos principios”, subrayó el ex consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal.
Enfatizó que Oaxaca se vuelve paradigmático porque tiene el sello de esperanza y la condición de pasar de la retaguardia a un laboratorio nacional de avanzada, en términos de la construcción de un pacto social democrático.
Para ello, señaló, tiene que ponerse el acento en tres temas: la revisión del pasado y la justicia transicional, política pública y derechos humanos, institucionalidad democrática y derechos humanos.
Consideró que el nuevo gobierno tendrá que construir nuevos ritos, mitos y símbolos, en un contexto democrático para generar las condiciones de paz, reconciliación y democracia para todos los oaxaqueños.