EXPRESIONES.- En lugar de ponderar obras y proyectos, así como iniciativas generadoras de progreso, este Gobierno ha tomado la determinación de justificar lo injustificable, como si con cifras, que evidencian al sexenio pasado, se quisieran lavar las culpas y limitaciones del presente.
Todos los oaxaqueños estamos ciertos de la excelsa corrupción de los gobiernos priistas, razón por la cual hoy tenemos la alternancia en el poder; sin embargo, el denominado “gobierno del cambio”, poco ha hecho y poco hace para reivindicar tantas carencias, negligencias y corrupción.
Hoy en día, hasta el arzobispo viajero de Antequera, José Luis Chávez Botello, aduce que “el gobierno debe valorar cambios en su gabinete”, precisando que deben realizarse en áreas donde se solaza la impunidad y la corrupción, así como en el ámbito de la procuración de justicia; casi sugiere un cambio total del gabinete para darle coherencia y claridad a todos los compromisos contraídos.
Sin embargo, el Gobierno estatal sólo reacciona dando cifras, la mayoría de ellas contrapuestas, como las que proporcionó el Secretario de las Infraestructuras, Nezahualcóyotl Salvatierra López, quien afirma que se ha ejercido el 62 por ciento del presupuesto, en contraparte con lo que afirma el secretario de Finanzas, Gerardo Cajiga Estrada, quien asegura que se ha aplicado tan sólo el 53 por ciento. ¿Quién tiene la razón?
Además, este Gobierno tiene la fijación de compararse con el sexenio pasado y lo utiliza como pretexto y nivel de comparación a su incapacidad por ejercer en tiempo y forma el presupuesto oaxaqueño.
Ahora mismo explica que la pasada administración tuvo un subejercicio en el periodo 2008-2010 de 8 mil 500 millones de pesos y hasta el secretario particular del Gobernador, Benjamín Robles Montoya, ha tenido que ocupar al periódico oficial para convertirse en el ombudsman gabinista, ya que el área de Comunicación Social no le convence.
¿De qué nos sirven tantas cifras y verborrea que sólo evidencia desesperación, corrupción e incapacidad?
Los oaxaqueños queremos efectividad en el gasto y en la inversión, así como en la aplicación a tiempo de un presupuesto, que fue marcado como histórico (58 mil millones de pesos) y que hasta ahora sólo estamos ciertos de que el 90 por ciento de esa cantidad se diluye entre los maestros y el gasto corriente, no en obras que aminoren nuestro rezago, pobreza y marginación.
Oaxaca de Juárez, Oax., martes 9 de agosto/2011.
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