EXPRESIONES.- Un poco más balbuceante que de costumbre, Luis Ugartechea Begué, edil de la capital del estado, parece que quiere llorar ante la “prep-derrota” de su delfín, Paco Reyes, joven carismático, pero ensoberbecido por los malos consejeros (Benjamín Robles) que se le enquistaron en una campaña que se caracterizó por un dispendio inusual, que ahora le endilgan al munícipe de Oaxaca de Juárez, ante el abandono que sufre el Ayuntamiento citadino por obvias razones electorales.
Y el vasco Ugartechea, ya no aguanta la presión y los señalamientos que le hacen y parece que “quiere llorar” ante la andanada política que le están propinando.
Cuestión que denota su inseguridad y su piel sensible ante el rejuego político en su contra.
Ugartechea, en respuesta, arremete en contra de Javier Villacaña y hasta le da consejos, cuando él nunca aceptó nada ni supo aprovechar una alternancia que supuestamente lo pondría en “los cuernos de la luna” para continuar con su incipiente carrera política, demostrando en casi 3 años de gobierno municipal, que sólo supo ganar una elección, pero no gobernar con solvencia y sensibilidad política.
Luis Ugartechea tendrá ahora que continuar en lo que verdaderamente sabe: el negocio restaurantero; y restañar sus heridas políticas a través del tiempo, para no amargarse y saborear la experiencia tenida.
Empecinarse en lo que pudo haber sido y no fue, lo meterían en una vorágine de suciedad que en nada abonaría a su imagen de buen ciudadano y excelente restaurantero.
La moraleja de esta historia es que para meterse en la política se necesita no sólo tener suerte, malicia, audacia o relaciones, es menester tener un blindaje especial para las presiones de todo tipo, para resistir los embates de los contrarios sin menoscabo a su sentido común y sensibilidad política.
Ahora sí, “restaurantero a tu restorán”…..
Oaxaca de Juárez, Oax., miércoles 10 de julio/2013.
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