EXPRESIONES.- Ni la avalancha de críticas en las redes sociales, ni los señalamientos que se publican en los medios de comunicación, ni los llamados de atención del gobierno federal, de diputados y los reclamos ciudadanos… ¡Nada!….. hace despertar de su marasmo político al gobernador Gabino Cué Monteagudo.
Él sigue en sus giras y audiencias públicas y cuando tiene que declarar vuelve a reiterar: “los hechos violentos afectan el derecho de la niñez a la educación”, pero pide, casi suplica, que “se debe de seguir la ruta del diálogo y la negociación”.
Ninguna acción concreta, ninguna definición, salvo la tácita hacia la Sección 22 de la CNTE, a la que le permite transgredir la ley y el orden, pasando por encima de la ley y todo lo que dice sobre el derecho a la educación de más de un millón de niños y niñas oaxaqueños.
Gabino Cué parece no oír o no querer oír, o quizá, alguien no quiere que escuche o sólo le traduce lo que le conviene, dejando a la entidad al garete de caprichos de un sindicato magisterial que utiliza el diálogo y la negociación como argumentos de un entendimiento que más bien es complicidad para seguir manteniendo a Oaxaca en el rezago y la marginación.
No es momento de decir que Gabino Cué es un hombre de buen corazón o de buena voluntad, es momento de hacerlo reaccionar para que visualice la realidad de un Oaxaca convulso, sin autoridad, que sobrevive bajo el yugo de un sindicato manipulador que utiliza el chantaje y la presión política para actuar en conveniencia de intereses de políticos amargados y de agitadores sociales.
El único aliado de Gabino Cué sería el pueblo de Oaxaca, ese que confió en él y que lo llevó a la gubernatura y que ahora se revuelve en el hartazgo y el desengaño por la ruta que está tomando este gobierno.
¿Podrá entender esto Gabino Cué?
Oaxaca de Juárez, Oax., lunes 2 de diciembre de 2013
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