MUJERES Y POLÍTICA.- Cosas buenas deben suceder en Oaxaca, sí, cosas buenas tendrían que suceder en esta entidad. ¿Cómo? Escuchando a los gobernados. Esa es la magia del gobernante, escuchar, complementado, claro está, con la debida respuesta que dé el gobernado.
Toda una polémica suscitó recientemente, el resultado de un estudio realizado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, que calificó a este municipio como el más violento de México. Las reacciones no se hicieron esperar y hubo desde indignación hasta la exigencia de explicar la metodología utilizada y como me decía un querido amigo, se ordenó a los funcionarios de diversos niveles de gobierno a desfilar por los medios de comunicación, a veces previo pago, a negar que Oaxaca es la ciudad más insegura del país.
Pronto el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Justicia Penal tendrá que explicar qué metodología utilizó. Sin embargo, hay algo que es real, en la ciudadanía hay un reclamo sentido, vivimos en una ciudad insegura ¿Quién no ha sufrido un robo, por grande o pequeño que sea? Vivimos una ciudad que provoca zozobra cuando al salir de casa para ir al trabajo, lo que encuentra es un bloqueo, un cierre de calles…eso, dice otra querida amiga, también es inseguridad.
Cierto, si comparamos Oaxaca de Juárez, con otros municipios de otras entidades del país como los de Michoacán, en algún tiempo municipios de Nuevo León, los tan temidos de Veracruz, hace un tiempo Tijuana, en Baja California, qué decir de Tamaulipas o Guerrero, donde turistas han sufrido violencia…
Lo que no se encuentra lógico es negar un hecho real: vivimos inseguridad. Si no fuera así no tendríamos los resultados cotidianos que observamos en las páginas de noticias policíacas, incluso ya habrían desaparecido. Sin duda, ese para empezar es un parámetro de inseguridad, es algo que no le pasa a los otros, a personas ajenas, a personas que ni conocemos. No, por lamentable que parezca lo publicado en la “nota roja” es nuestro reflejo social.
Ernesto Gutiérrez Jiménez, presidente del Observatorio Ciudadano del Delito, (sin embargo/12 de febrero de 2014), hizo un llamado al gobernador Gabino Cué Monteagudo para que no minimice los hechos de delincuencia registrados de manera cotidiana y expone una serie de ejemplos.
En el caso de violencia de género los delitos fundamentales que se cometen contra mujeres son feminicidio, violencia sexual y violencia física, como los más graves pero no como los únicos, lamentablemente.
Esta violencia, que a pesar de muchos esfuerzos de organizaciones no gubernamentales feministas para visibilizarla, hoy ha vuelto a ocupar un sitio secundario frente a la otra violencia. Incluso se vuelve a caer en el “pecado capital” de hacer las malas comparaciones de que en Oaxaca el problema no es grave, a pesar de las cifras.
Eso sin dejar de tomar en cuenta que esta semana le dictaron auto de formal prisión a una joven a quien se le involucra en un lamentable feminicidio ocurrido en 2011. Este hecho es totalmente sospechoso considerando que a quien se señaló como el victimario fue Abadalá Ruiz Sánchez, y del que hasta ahora nada se sabe, excepto que su madre era la extinta ex senadora de Oaxaca, Cirila Sánchez y atando cabos que su padrino era nada más ni nada menos que Carlos Salinas de Gortari, el ex presidente mexicano menos querido de los últimos tiempos. Sospechosa sin duda la actitud de la Procuraduría General de Justicia del Estado en este caso, porque el principal inculpado está libre y otras personas empiezan a pagar las facturas, no es nada extraño y esa también es una forma de vivir en inseguridad.
Pero como siempre, se trata de no es de comparar a Oaxaca con otras ciudades del mismo estado o del país. No se trata de eso, sino de mirar los hechos concretos, tomar el pulso desde la percepción ciudadana. ¿Cómo lo vivimos? Porque es desde ahí desde dónde quien gobierna debe atender y responder.
Por lo pronto, diremos que a raíz del anuncio, hace casi 15 días del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, hemos visto desfilar a funcionarios defendiendo la idea de esta ciudad tranquila y pacífica, eso se llama tapar el sol con un dedo. Cierto, reflejar o aceptar lo contrario significa no sólo matar a la gallina de los huevos de oro, es decir la actividad turística, sino aceptar que en la capital oaxaqueña hay mucho que hacer en materia de seguridad.
Y eso no tiene nada de malo.
El asunto de la basura apesta en Oaxaca
Desde hace muchos trienios uno de los principales problemas que enfrentan las autoridades es cómo resolver la eliminación de los desechos que se produce cada uno de sus habitantes, estimado entre tres y cinco kilos por cada persona. Desde que Carlos Manuel Sada Solana gobernó la ciudad de Oaxaca, se planteó la posibilidad de concesionar el tiradero a cielo abierto ubicado en la colonia Guillermo Guardado, mediante un sistema que produciría energía eléctrica. Muy novedoso, pero no pasó. Empezaron a operar las manos negras. Desde entonces han pasado 14 años y aún no se ha resuelto el problema del destino final de la basura.
El nuevo presidente municipal también revela esa preocupación, como todos los anteriores. El problema es que la propuesta presentada por una empresa que sabe hacer ese trabajo, cuenta con los mecanismos para ello, se desechó desde el propio gobierno del Estado, donde un muy abusado y abusivo servidor público armó su grupo-empresa para obtener la muy jugosa ganancia que representa la basura.
¿De quién se trata? Pues del mismo de siempre, el “chuky” de Gabino Cué, es decir Jorge Castillo. Quien pretende que el presidente municipal en turno, Javier Villacaña, caiga en el garlito. Huele mal no solo por la contaminación que produce la basura en descomposición. Eso me dicen quienes saben es debido al exceso de confianza que Cué ha depositado en su muy abusivo colaborador.
Actitud que no debe extrañar considerando de qué manera protege a sus cuates el mandatario, otros casos son por ejemplo el secretario de Salud, Germán Tenorio Vasconcelos, quien puede tener un cúmulo de quejas, como en el caso de violación a los derechos de mujeres que solicitan atención en clínicas de salud públicas, y no pasa nada, pero nada es nada. Por eso insistimos: algo bueno debe suceder en Oaxaca y eso bueno está solo en las manos de una sola persona: Gabino Cué Monteagudo.
@jarquinedgar