OAXACA, OAX., marzo 31.−El libro de cuentos cortos “La generación del desencanto” (Pictographia), de Macaria España (Celaya, Guanajuato, 1980), es la desilusión narrada de “una manera no depresiva sino sarcástica, divertida” y breve.
No trata de cualquier desencanto. Es una desilusión específica pero representativa, aclara la autora: “la de la generación de los años ochenta”, aquella “que busca empleo y no encuentra”, aquella “que estudia y ve que, al final de cuentas, lo que enseñan en las universidades no es cierto”.
Los de “La generación del desencanto” son cuentos sobre los que “no tienen oportunidades y, en el camino, se encuentran con la frustración, una situación común que le puede pasar a cualquier persona”.
El libro de Macaria España fue presentado primero en la Casa de la Cultura de Juchitán y luego en el café cultural La Nueva Babel de la ciudad de Oaxaca. La publicación integra, junto con ocho más, la colección de narrativa joven de occidente “Poéticas contemporáneas”, editada por Pictographia Editorial en coedición con el INBA y el Conaculta.
Casi por azar, a través de la intervención de Angelina Malpica, Macaria España presentó su libro en Juchitán; e igual le sucedió, luego de participar en un taller de periodismo del diario “La Jornada” efectuado en el IAGO, en lo respectivo a La Nueva Babel.
Ella es licenciada en periodismo y reportera free lance. También cuenta con estudios de antropología. En la escritura literaria empezó muy joven, participando en concursos, ganando unos y otros no, y asistiendo a talleres de Mónica Lavín y Guillermo Samperio.
En la actualidad, Macaria España forma parte de un taller de literatura en Celaya y tiene un laboratorio de letras que busca que los jóvenes experimenten con el quehacer literario.
−¿Cuál es la situación literaria en Celaya?
−Hay un movimiento de jóvenes escritores en el que me incluyo. Se están formando a través de talleres, porque realmente no hay apoyo.
La literatura de Celaya no logra salir de su entorno, dice Macaria España: tratamos, por eso, de viajar para mostrar que ahí sí hay movimiento, literatura, escritores.
“Los proyectos no cuentan con apoyo oficial, surgen de colectivos que editan y publican plaquettes o libros que se quedan en los estantes de los amigos, que no logran traspasar la cuestión regional”.
−¿Cómo llegaste a Juchitán?
−Por azares del destino. Dejé un libro por medio de Angelina Malpica en la Casa de la Cultura y de ahí vino la invitación.
−¿Y a La Nueva Babel?
−Igual. Por azar. Asistí a un taller de periodismo realizado en el IAGO y un colega de Oaxaca me recomendó el lugar. Conocí a Valente Placencia, le envié el pdf del libro y por eso estoy aquí.