OAXACA, OAX., abril 27.- Finalmente, el papa Francisco canonizó la mañana de este domingo a Juan XXIII y Juan Pablo II, por lo que desde hoy sus antecesores se convierten en “Santos” de la Iglesia católica y, por lo tanto, en “modelos y guías de la vida cristiana” (sic).
La canonización de los ex papas se dio en Ciudad del Vaticano, Roma, hasta donde acudió el arzobispo de Oaxaca, José Luis Chávez Botello.
En conferencia de prensa en la Catedral Metropolitana, el vocero de la Arquidiócesis de Oaxaca, sacerdote Guadalupe Barragán Oliva, justificó el hecho y dijo que “la Iglesia católica revisó el trayecto de las dos personas que en vida profesaron la religión con responsabilidad”.
Y dio a conocer que en honor de los nuevos Santos, la tarde de este domingo, a las 17:00 horas, en la Iglesia de Felícitas y Perpetua, que se ubica en Avenida Camino Nacional, será develado un muro con el nombre de todos los Santos que ha canonizado el papa Francisco.
El párroco Barragán Oliva refirió que el extinto papa Juan Pablo II nació y creció en Polonia, se destacó por su lucha en favor de los derechos humanos, además de que tuvo la fuerza suficiente para combatir su enfermedad y recuperarse de un atentado a balazos.
De la obra de Karol Wojtyla, resaltó el restablecimiento de la relación institucional entre los Estados Vaticano y Mexicano, así como el reconocimiento del comunismo como ideología.
Por parte del extinto papa Juan XXIII, Barragán Oliva resaltó que éste “limpió” a la Iglesia católica de “todo lo malo que se le pegó con el paso de los años para renovarse y mostrar con sabiduría el rostro de Dios”.
LA CEREMONIA
Los papas Juan XXIII y Juan Pablo II fueron canonizados por el papa Francisco al final de una celebración eucarística en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, y convertidos en santos, por lo que deberán ser honrados devotamente por todos los católicos del mundo.
La ceremonia calificada como un acto sin precedente, por ser la primera vez que se canoniza a dos Papas, congregó a unos 150 cardenales, centenares de obispos y miles de sacerdotes de todo el mundo, además de mas de 90 delegaciones oficiales, entre ellas la de México, representada por la esposa del presidente Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera.
De los Papas, ahora santos, Juan XXIII murió hace más de 50 años y su fama de santidad sigue siendo fuerte, sobre todo en Italia, mientras que de Juan Pablo II se dijo que la gente lo sintió como una persona muy cercana y con una vida ejemplar a lo largo de su pontificado.
Con siete horas de diferencia, con respecto a la de México, se ofició la misa y entre los asistentes a este acto de canonización resaltó la presencia de muchos mexicanos que lograron entrar a la Plaza de San Pedro y ocupar posiciones privilegiadas, hasta el pie del altar donde estaría el papa Francisco, pero fueron desalojados horas antes por la guardia real del Vaticano.
Ante la trascendencia del hecho, millones de católicos de todo el mundo estuvieron pendientes de lo ocurrido, mientras que la ciudad del Vaticano se convirtió en centro neurálgico político y cultural, donde se entronizó a los papas Juan XXIII y Juan Pablo II.
Al segundo pontífice, originario de Polonia, le atribuyeron dos milagros en los casos de una enfermera, monja francesa, y una madre de familia y abuela de Costa Rica, que fueron certificados científicamente.
Posterior a la misa que ofició el papa Francisco con la presencia del papa emérito Benedicto XVI, se pasó al rito de la canonización de los dos Papas, acto señalado como una jornada memorable y ceremonia especial.
Así, Juan XXIII y Juan Pablo II subieron a los altares y sus nombres quedaron inscritos en el registro de los santos por órdenes del papa Francisco.
El emérito Benedicto XVI no estuvo en el altar mayor. De Juan Pablo II se recuerda que estuvo en México en cinco ocasiones a lo largo de su pontificado y es reconocido como el pontífice que canonizó y elevó a santo al indio Juan Diego.