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Elecciones 2015 y la crisis de partidos

El 2015 está marcado como otro año electoral en el que se renovarán 500 diputaciones federales, nueve gubernaturas, 641 diputaciones locales en 17 estados, 993 presidencias municipales en 16 estados y las 16 jefaturas delegacionales en el Distrito Federal.

Bautista-EduardoPodría pensarse que en este año el mayor margen de maniobra lo dispone el PRI desde la Presidencia de la República, porque ejercerá mayor presupuesto que los otros partidos para el trabajo de proselitismo; sin embargo, al igual que el resto de los partidos políticos, se encuentra entrampado en una profunda crisis de credibilidad y confianza.

Los lamentables hechos del 2014, la desaparición de estudiantes normalistas de Ayotzinapa, las ejecuciones de Tlatlaya, las revelaciones sobre conflictos de intereses en torno a la casa presidencial, las licitaciones a proyectos de infraestructura regional, los vínculos entre políticos y organizaciones criminales, y un sinnúmero de evidencias de corrupción en diferentes niveles de gobierno han puesto en jaque la credibilidad del sistema de partidos en su conjunto.

La idea del “nuevo PRI” se esfumó de la misma manera que llegó, no porque el autoritarismo haya regresado en el 2012, sino porque nunca se fue aún con la presencia de dos gobiernos panistas en la presidencia de la república y un número importante de alternancias en gubernaturas, presidencias municipales y expresiones partidistas plurales en el congreso de la unión y en las cámaras locales.

El entusiasmo mediático de la clase gobernante por las reformas estructurales se ha ido diluyendo ante el aumento de las movilizaciones ciudadanas en protesta ante la violencia y la corrupción; en el 2015 tampoco podría pensarse en la disminución de las protestas, menos aún ante la profundización de los problemas económicos que afectan con más fuerza a la población de menores ingresos y en condiciones de desestabilidad laboral.

El incumplimiento de promesas de campaña no solamente ha sido una característica de los gobiernos priistas sino es el síndrome del conjunto de la clase política, prácticamente subsumida a los intereses de las grandes corporaciones económicas, nacionales y extranjeras y de países dominantes.

Entonces ¿por quién votar en 2015? ¿qué hacer con el voto? La decisión es difícil pero es importante que desde la sociedad se envíe un mensaje fuerte que señale que la corrupción, la impunidad y el sometimiento ya no se pueden aceptar.

Una de las ventajas de la actual coyuntura es el mayor pluralismo en la sociedad civil, que podría constituirse como el contrapeso necesario a la centralización desmedida del poder político construida desde del México posrevolucionario.

Ese pluralismo se expresa de manera activa en medios alternativos y cada vez más en redes sociales, en donde no solamente se revelan las prácticas nocivas de la alta burocracia y de sus complicidades, sino como una sinergia social sin precedentes para la organización y la solidaridad.

En las campañas que están en puerta, los distintos candidatos seguramente hablarán de los errores cometidos por sus opositores en los gobiernos, de lo que no ha hecho o ha hecho peor, que es mucho y salta a la vista en todos los niveles.

Con todo, los ánimos se debaten entre el escepticismo, el descontento y la indignación; por una parte se dice que hemos transitado a la democracia, pero por otra, los ciudadanos creen menos en los partidos políticos y en los resultados de sus gobiernos.

En este escenario, una nota favorable puede ser que los ciudadanos observan y exigen cada vez más, y creen menos en las frases hechas y las promesas de campaña.

Si bien como ciudadanos podemos jactarnos que en los procedimientos electorales propiciamos alternancias entre partidos, el problema estriba en que a través de las elecciones y las alternancias, no se ha podido incidir en las decisiones de los grandes grupos económicos que subordinan a los gobernantes, y que marcan la verdadera correlación de fuerzas.

Sobre este debate y como ejercicio académico plural, comparto el gusto por la presentación del libro colectivo “Oaxaca y la reconfiguración política nacional”, coedición del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la UABJO, la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas y el Centro de Información Estadística y Documental para el Desarrollo.

Libros-25El aporte del libro es que no sigue una sola línea, sino que concentra una diversidad de perspectivas y cada uno de los capítulos aporta algo para comprender mejor la política local y la política nacional.

Se comparte la idea de que Oaxaca es un referente nacional como la síntesis de una multiplicidad de formas de expresión, desde los intrincados laberintos de la política de los partidos y los gobiernos constituidos, la búsqueda de lo que puede ser positivo en nueva institucionalidad y alcances legislativos, hasta las formas asamblearias y organizativas de los pueblos y comunidades indígenas.

La lectura del libro en su conjunto puede resultar de utilidad no como producto acabado, sino para provocar nuevas preguntas, para discutir problemas, para seguir aprendiendo de las diferencias, para ensayar la democracia en el debate, en el respeto a los diferentes puntos de vista.

*Investigador del IISUABJO. Integrante del Sistema Nacional de Investigadores Conacyt

sociologouam@yahoo.com.mx

 

 

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