EXPRESIONES.- Son muchas ya las agresiones que se han perpetrado en Oaxaca en contra de periodistas y reporteros, atentados que van desde un secuestro, amenazas, golpes, destrucción de su equipo de trabajo, hasta el asesinato, creando en el ambiente periodístico un clima de incertidumbre y molestia por el abandono e incapacidad de las autoridades para aplicar la ley con justicia y prontitud, así como la abulia manifiesta de los dueños de los medios de comunicación que no se ocupan de proporcionar las garantías que establece la Ley Federal del Trabajo para el desempeño de una actividad con tanto riesgo, como lo es actualmente el ejercicio periodístico.
Según datos estadísticos, en Oaxaca se han ejecutado en los últimos siete años, 66 casos de agresiones, y del 2014 a la fecha 26 agresiones. A nivel nacional son 330 periodistas agredidos, documentados por el portal Artículo 19.
A estos datos le sumamos el hecho reciente que se suscitó en las instalaciones del Congreso del Estado, en donde pobladores de Chichicapam, con cuchillo en mano agredieron a dos reporteros del Diario Rotativo y les destruyeron su equipo de trabajo.
Hasta el momento, las autoridades no han hecho nada al respecto y ni han aplicado la ley.
Todo es silencio y complicidad, anarquía e impunidad, mientras quienes ejercemos el quehacer periodístico seguimos estando inermes ante cualquier ataque o agresión.
Sabemos y estamos conscientes del riesgo de nuestro trabajo, por eso tratamos de desarrollarlo con responsabilidad, sin perder el sentido periodístico de buscar la información precisa y oportuna para analizar y sopesar la realidad de Oaxaca, sin más ánimo que la sociedad se entere de los hechos y sucedidos de nuestra entidad y se forme una opinión real y concreta.
Sin embargo, ni las autoridades, ni los patrones, ni el Congreso del Estado se han atrevido a tomar medidas, que con justicia amainen tanta agresión e inseguridad para el ejercicio periodístico.
Deben de saber y considerar que la información es un bien público, por lo que la sociedad debe estar bien informada y las autoridades tener capacidad y elementos para evaluar y tomar decisiones acordes con nuestras necesidades.
Quienes informamos o formamos opinión con responsabilidad y profesionalismo, no tenemos por qué ser agredidos, ni asesinados y menos socavados en nuestra integridad, porque somos parte del desarrollo de los pueblos.
“Un pueblo bien informado, es un pueblo bien gobernado”, dijo el periodista Jacobo Zabludowsky con justa razón.
Oaxaca de Juárez, Oaxaca, miércoles 28 de enero de 2015