CRÓNICAS DE LA ÍNSULA
Oaxaca camina hacia atrás de manera sostenida. Cada vez son mayores y más agudos sus problemas y rezagos económicos y políticos. La esperanza en un nuevo gobierno que atendiera mejor la situación de la entidad ha durado un suspiro, incluso para quienes gustan de las esperanzas.
La situación del estado es peor que nunca. Según el Consejo Nacional de Evaluación (Coneval), Oaxaca es, junto con Chiapas, la entidad con más bajo desarrollo social y mayor pobreza, con 2 millones 660 millones de pobres; 1 millón 130 mil en pobreza extrema. El 66.8 por ciento de su población vive en la pobreza.
La omisión del anterior gobierno fue grave, sobre todo en seguridad pública, falta de transparencia y gobernabilidad. Esa omisión ha dañado a los municipios quien sabe si no de manera irreversible. Los grupos locales y delincuenciales están crecidos, posicionados.
Tuxtepec y Juchitán, devastados y violentados
Los municipios de Tuxtepec y Juchitán son los que resienten más esa situación, violencia y crimen organizado, amén de corrupción, lo que se agudizó por la irresponsabilidad del “Gordo” Sacre, ex edil del primero (PRI), y de la pusilanimidad del ex edil del otro municipio, Saúl Vicente (PRD).
El primero más ocupado en terminar su majestuoso hotel en Cuatunalco, Pochutla (con recursos públicos) y del segundo ya no se supo medio año antes de culminar el trienio, comentan que avituallaba un nuevo rancho en Chiapas.
Gobernar hoy municipios grandes donde la delincuencia organizada hace sus pingües negocios es, por supuesto, muy difícil y duro, pero nadie los obligó a ser presidentes municipales, si saben que son débiles y “amainan su plumaje al primer ruido” para que se invitan a entrarle a esos cargos. Bueno, quizá porque para algunos vale la pena pagar el costo de enriquecerse con el erario compartiéndolo y humillándose ante poderes fácticos de toda índole.
Esos dos y muchos otros ex presidente municipales similares predominaron, como el de Matías Romero, Etelberto Terán (PAN); la de Salina Cruz, Rosa Nidia Villalobos (PRI); el de Huajuapan, Luis de Guadalupe (PAN); el de Pochutla, Raymundo Carmona (PRD); Javier Villacaña en Oaxaca (PRI); el de Xoxocotlán, Héctor Santiago (PRI), todos aprovecharon la falta de presencia y de carácter del gobernador anterior en el interior del estado.
Tenemos la hipótesis de que por esta gran omisión, corrupción y desgobierno municipal se incrementaron enormemente. En un contexto donde ha predominado la mano decisoria de la autoridad superior, la del presidente de la república frente a gobernadores, y la de los gobernadores frente a los ediles, el abandono de esa autoridad meta constitucional pero efectiva dejó más que en libertad, en libertinaje a gobernadores y ediles.
Actitud ofensiva de ex ediles
Los grandes fraudes al erario en Veracruz y Oaxaca son ejemplos insoslayables. Es necesario que el actual gobernador de Oaxaca, Murat, cumpla con su dicho de que “quien la hace la paga”. Urge detener la desatada actitud depredadora de los políticos hoy en cargos y presidencias municipales.
Es ofensivo para la sociedad, por ejemplo, que Héctor el “Lobo” Santiago construya en la avenida Guadalupe Hinojosa de Murat tres monumentales negocios a los ojos de todo el mundo, su GoCar y restaurante Ruta 66 y enfrente su Gotcha, con infraestructura millonaria, extraña riqueza inmediatamente después de dejar la presidencia municipal de Xoxocotlán.
Decisiones ejemplares deberían darse ante estas acciones, pero es casi pedir peras al olmo. Pues desde la Secretaría General de Gobierno, con Alejandro Avilés, lo que se promueve es la ingobernabilidad, para que el grupo en el poder envíe a sus administradores a los municipios donde el subordinado IEEPCO desconoce elecciones sin pudor.
Y los caciquiles del colonial usos y costumbres
Dichos municipios son como siempre los que se rigen con el rezagado, caciquil y colonial régimen de usos y costumbres, rentable a caciques y políticos, además de ONGs y seudo intelectuales que medran con eso. Dos ejemplos al respecto, en Santiago Xiacuí un cacique del PRI que ha controlado el municipio 15 años es sostenido por el IEEPCO y Alejandro Avilés, no obstante la determinación mayoritaria de los pobladores de detener ese corrupto cacicazgo.
En cambio, como la familia adicta al gobierno y al PRI perdió las elecciones en San Sebastián Tutla, violentan ese municipio, desconociendo las elecciones por motivos que nunca antes contemplaron, sino hasta hoy que la caciquil familia Ávila perdió el Ayuntamiento. Aquí el partido Nueva Alianza tiene metida sus manos con consejeros electorales y gente de los medios de comunicación con intereses partidistas.
Así empezamos desde diciembre y este año nuevo, difícil por todos lados. Al menos deberían imponer un poco de orden. Que no dejen actuar tan arbitrariamente a los ediles como lo hizo Galdino Huerta en Santa Lucía, quien encarceló y clausuró todo lo que le vino en gana. Raúl Cruz, el nuevo presidente de ese martirizado municipio conurbado a la Ciudad de Oaxaca, ha iniciado su gobierno municipal con salida de caballo brioso, veremos cómo llega a la meta.
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